Con cara de cansancio por el largo viaje desde Río de Janeiro hasta Ginebra y acompañado de Miguel Pardeza llegó Savio al hotel de concentración en Nyon. Sólo tuvo tiempo de dejar la maleta, pasadas las once y media de la mañana, para acudir después al centro deportivo Colovray, donde saludó a Víctor y a sus compañeros, y estirar las piernas durante 30 minutos bajo la supervisión del preparador físico Andrés Ubieto. Y es que no hay un segundo que perder después de acumular un retraso de diez días en relación a la fecha de comienzo de la pretemporada del resto por la enfermedad que sufre su padre, Marzinho Bortolini. "Era una situación muy complicada para mí y pedí al club que me diera una semana para ver si mi padre mejoraba. Lo ha hecho y ahora me quiero centrar en el equipo y ponerme a punto", señaló.

No será fácil en todo caso que logre esa total concentración, ya que su padre sigue en observación, aunque fuera del hospital desde el pasado viernes, "y todavía no sabemos si le van a operar ahora o dentro de un tiempo". En todo caso, el mediapunta brasileño ha pedido al club que en caso de que el estado de salud de su progenitor sufriera un empeoramiento extremo, pueda regresar a Brasil. "Para mí no es bueno empezar con tanto retraso, pero la situación de mi padre sufrió un agravamiento dos días antes de la fecha establecida para el regreso de la pretemporada y mi cabeza en ese momento sólo estaba para acompañarle y darle fuerzas".

Savio, que en total ha tenido ocho semanas de vacaciones, reconoció que no le había dado demasiado tiempo para descansar, porque "muchos de esos días los pasé sólo en el hospital y en casa. El cuerpo descansó, pero la cabeza no", argumentó, para después dejar claro que en ningún momento pensó en abandonar el club: "Mi comportamiento siempre ha sido profesional y honesto. No se me pasó eso por la cabeza nunca, sólo hubo esa cuestión familiar. Creo que es un asunto personal grave y yo tengo una relación muy estrecha con mi padre".

Esos rumores de una posible espantada del futbolista, al que le resta un año de contrato y otro opcional, se vieron alimentados por la publicación de una entrevista en el semanario brasileño Lance en la que aseguraba su deseo de regresar al Flamengo al final de la próxima temporada. "Dije eso por el asunto de mi padre, pero no he hablado con ningún club", aseveró.

SIN MULTA Pese al retraso, el club no tiene pensado en principio sancionar económicamente al jugador, ya que se estima que la causa está justificada: "Si lo decidieran es un tema de la entidad. Lo único que puedo decir es que agradezco al Zaragoza que me diera el apoyo y la comprensión que necesitaba en estos momentos". Savio, que por la tarde se ejercitó en el estadio de Annecy, llevará un plan especial de preparación para tratar de acelerar su puesta a punto.