Con humildad, pero sabiendo lo que se juega su equipo en La Romareda y con la certeza de que el Huesca es capaz de hacer daño al Real Zaragoza con sus armas en el derbi aragonés. Míchel, técnico del conjunto azulgrana, dejó varios mensajes muy clarificadores sobre la importancia del duelo de esta noche en La Romareda para el conjunto oscense, porque clasificatoriamente es un duelo clave y, en el apartado emocional y de moral, también. «Si somos capaces de vencer en Zaragoza estaremos en disposición de luchar por todo en las últimas seis jornadas y daríamos un golpe encima de la mesa. Todos los jugadores quieren jugar y están motivadísimos», dijo primero el madrileño.

Inmediatamente después agregó que «no podemos pensar mucho en lo que nos estamos dejando atrás y sí mirar el siguiente partido, que es otra final, una muy bonita de disputar por todo lo que significa y las necesidades que tenemos». Por último, volvió a incidir: «Tenemos que saber que es el partido más importante del año, que lo es». Así de claro y directo.

En juego está, ni más ni menos, que engancharse de pleno a la lucha por el ascenso directo en caso de triunfo o, en caso contrario, decirle virtualmente adiós y pensar en el playoff. Por ello, emocionalmente será en un encuentro complicado. Primero, porque «es un derbi especial por todas las circunstancias en las que estamos compitiendo, sin público, por la nueva normalidad en la que vivimos y por ser un derbi en el que los dos nos jugamos muchísimo». Y después, porque será necesario que el Huesca se olvide «de esa montaña rusa de emociones y mantener un equilibrio».

Respeto y confianza

En cuanto al partido en sí, el técnico del Huesca aseguró que «físicamente nos encontramos bien», así como que su cuerpo técnico y él «hacemos mucho caso a los datos que nos va ofreciendo los jugadores semana a semana y entrenamiento a entrenamiento», tanto que «en base a eso decidimos también alineaciones porque es una final y en tres días hay otra».

Por otra parte, Míchel reiteró la necesidad de que su equipo esté concentrado durante la totalidad del duelo para evitar perder puntos: «Es un día para jugar 95 minutos, ese partido necesitamos. Nunca tomamos riesgos innecesarios y la idea es afrontar el partido así. Sabiendo con toda la humildad del mundo que nos enfrentamos a un equipo fuerte, pero que tenemos nuestra propia identidad y queremos mostrarla en La Romareda», subrayó.

En cuanto al Real Zaragoza, «sus números están ahí, en lo más alto junto al Cádiz y la dificultad es máxima», resumió. Poca presentación necesita el equipo blanquillo. Aun así, Míchel se mostró «con mucho respeto por su forma de jugar sus transiciones, su pase hacia delante y porque genera mucho fútbol», pero optimista: «Queremos bloquear esas opciones de ir hacia delante y ser reconocibles en nuestra idea, ser un equipo fiable y seguro», apuntó.

Para finalizar, Míchel también habló del ambiente que no se vivirá en el derbi aragonés por la falta de público. «Me hubiera gustado un ambiente como el de El Alcoraz, aunque hubiera sido en contra, pero me hubiese gustado ver La Romareda llena y haber disfrutado de ese ambiente y de ese derbi. Son otras circunstancias, pero a nivel colectivo lo afrontamos con la misma motivación. En el de la primera vuelta, el ambiente fue espectacular, fue el mejor partido en El Alcoraz en cuanto a sensaciones y no vamos a tener a nuestra gente, pero sí de corazón y sentimiento».