Realidad o ficción. La primera habla de un equipo en zona de descenso y con un entrenador recién llegado a falta de 18 jornadas. ¿Alguien podría hablar de alcanzar la Champions? La lógica dice que no. Pero se puede y ayer lo hizo el presidente Alfonso Soláns. "El objetivo de estar en Europa permanece en vigor, este año y cualquiera. Allí se llega por tres pasos. Primero, hay que lograr 43 puntos y la permanencia. Después, si hay tiempo los casi sesenta que pueden suponer la UEFA y, si aún restaran partidos, ir a por los 70 y la Liga de Campeones". La frase puede dejar perplejo a más de uno, pero él la remató con una concluyente sentencia sobre cómo veía la posibilidad de bajar a Segunda: "Ni pienso en el descenso".

El presidente del club aragonés habló largo y tendido de la situación delicada que vive ahora el Zaragoza. Y había mucho que explicar. Por ejemplo, una destitución de Paco Flores tres jornadas después de que él mismo hablara de unanimidad del Consejo a la hora de su continuidad tras ganar a Osasuna. "En esa reunión salen opiniones de todo tipo, pero al final se creyó oportuno que siguiera. Y esa decisión fue unánime. Ahora, ha habido el mismo debate y se ha tomado la determinación contraria", argumentó, para después explicar los motivos de ese relevo en el banquillo zaragocista. "Esto tiene dos pilares: la realidad de la clasificación y la trayectoria iniciada hace un par de semanas. Ahora, se percibe una especie de atonía, ha decaído el ambiente, la motivación, el compromiso...".

Soláns quiso agradecer a Paco Flores "la labor importantísima que ha llevado a cabo, la entrega, el esfuerzo y la honradez. Pero los resultados son los que marcan la trayectoria", aseguró, para después defender la viabilidad del proyecto que se inició el pasado verano y negar una evidencia que es un dato real, que es el presidente que más cambios de técnico ha vivido desde que accedió al sillón a finales de 1996. "Lamento siempre mucho cualquier cese de un entrenador, es un pequeño fracaso personal y del club", añadió.

También habló del nuevo técnico, de un Víctor que "cumple una serie de premisas, pero sobre todo tiene la grandísima ilusión que hace falta ahora". En todo caso, el relevo en el banquillo puede frenar las iras de una afición enfadada no sólo con el equipo sino también con el club. "No se pretende que la decisión sirva de parachoques. Además, para eso ya estoy yo, que hasta ahora me las llevo todas", concluyó.

CHARLA CON LA PLANTILLA Ya en la rueda de prensa Soláns no eludió la responsabilidad de los jugadores --"Nadie más, por muy mal o bien que lo haga, puede colaborar en ganar partidos", afirmó-- y esa idea es la que defendió ante la plantilla en el cuarto de hora que habló con ellos, junto a Pardeza y el nuevo entrenador antes de dar comienzo la sesión en la Ciudad Deportiva. Habló de unidad y compromiso en un tono correcto, sin frases altisonantes. Se trataba de pedir un mayor esfuerzo para sacar al equipo de la situación y a eso se limitó Soláns, que no estuvo sólo en su visita. Jerónimo Suárez, gerente, Paco Checa, secretario general, y los consejeros Lacasa y Merino también acudieron, pero no entraron en esa reunión.