Tarsi Aguado está viviendo una de las caras más amargas y complicadas del fútbol. El exjugador del Real Zaragoza terminó el pasado 30 de junio su compromiso con el Bilbao Athletic, filial rojiblanco, tras dos años de vinculación. Hubo intereses y ofertas durante el verano, pero no llegaron a buen puerto y ahora el centrocampista navarro se encuentra en paro y a la búsqueda de equipo a sus casi 24 años. Difícil de comprender.

Debutó con la camiseta blanquilla con 18 años en enero del 2013 en Valladolid y en Primera División sustituyendo a Apoño. En los sucesivos años permaneció entre el primer equipo y el filial durante tres campañas hasta su salida rumbo a Lezama. Allí fue titular indiscutible y apenas se perdió un puñado de encuentros, pero ese aval no le ha servido para encontrar un acomodo acorde.

Por edad, o subía al primer equipo del Athletic o no renovaba. «A finales de mayo, una vez acaba el playoff de ascenso a Segunda contra el Villarreal B, varios jugadores nos reunimos con Amorrortu (director deportivo) y nos dice que no continuamos», relata.

Tuvo un gran interés del Alcorcón en Segunda y, en un segundo plano, también del Extremadura, pero ambos clubs tuvieron problemas con el límite salarial durante todo el verano y no pudieron acometer su incorporación. También hubo propuestas del extranjero, siendo la principal y la más cercana a cerrarse la del NK Istra de la ciudad de Pula (Croacia), equipo cuyo propietario es el grupo Baskonia-Alavés, «pero al final no se pudo dar», cuenta Tarsi. En la Primera chipriota y en Segunda B hubo opciones, pero pobres económicamente o con un proyecto poco atractivo.

Así hasta el final del mercado, cuando llamó a la puerta el Cartagena, equipo puntero de la categoría de bronce. «Nos pasaron la propuesta de contrato con cantidades y todo, pero tenían que liberar a un jugador lesionado (Quijeiro) para coger yo esa ficha, pero entre el club y el cuerpo técnico decidieron quedárselo», explica el navarro.

Volvió a su casa y a Murchante, su pueblo, y pidió al Tudelano, que está muy cerca, poder entrenar con ellos para mantener la forma. Además, allí está junto a excompañeros del filial zaragocista como Adán Pérez, Gabarre o Meseguer: «El Tudelano me abrió las puertas y me está tratando muy bien. Estoy llevando una semana normal, con rutina de entrenamientos y cargas y trabajando con un grupo, pero sin poder competir», cuenta Tarsi.

Preparado para jugar

Dentro de la complejidad de su situación, que no es agradable para ningún jugador, está animado, pero no esconde que «lo que peor llevo es el fin de semana al no tener partido». Cuenta que en agosto «empiezas a darle vueltas y a mirar plantillas para ver a qué equipos les falta un mediocentro», lo que propicia «que te apartes un poco de la normalidad y desconexión del verano». «Entreno con el Tudelano y así, además, no estoy en casa pensando siempre en fútbol y en dónde puedo estar. Estoy tranquilo y a la vez nervioso porque si se dio esta circunstancia en verano, también se puede dar en invierno, aunque espero que no. Siempre hay nervios, pero hay que saber llevarlos porque las ofertas pueden caer en cualquier momento», agrega.

Tarsi espera que llegue un proyecto que le ilusione y motive para poder ayudar. Además, está preparado para ello, tanto a nivel físico como mental. Ha estado trabajando como siempre y la dinámica de entrenamientos del Tudelano, más el gimnasio, le ayudan a estar en forma. Su objetivo es encontrar equipo cuanto antes, bien sea ahora o en enero, cuando se abra el mercado, y comenzar a competir de forma casi inmediata. De momento sigue enfocado en seguir peleando por un puesto. Por ganas no será.