«El único escenario que nos hemos planteado es que la presente temporada de la Liga Santander y la Liga Smartbank finalizarán», así lo manifestó Javier Tebas, el Presidente de La Liga de Fútbol Profesional en el encuentro digital titulado Adea Conecta, organizado por la Asociación de Directivos y Ejecutivos de Aragón. Además, «no se ampliarán las categorías y habrá descensos» y, por tanto, también ascensos. En la medida en que lo permita esta alerta sanitaria mundial, el deporte profesional intentará recuperar el pulso competitivo y con ello la normalidad. El CEO de la LFP ha mantenido reuniones semanales con la UEFA, FIFA y las cinco grandes Ligas europeas, con las que debe acordar un programa unificado donde todos los equipos puedan cumplir un calendario por bloques en el que se finalicen inicialmente las competiciones ligueras domésticas para luego cerrar los torneos europeos.

Los equipos, por tanto, tendrán que hacer frente a un calendario vertiginoso que deberán respetar todos sin excepción. De acuerdo con el Consejo Superior de Deportes se llevará a cabo un protocolo sanitario que incluirá test preventivos a todos los integrantes de los equipos y personal audiovisual, con los partidos a puerta cerrada. De no ser así, el presidente ha estimado que La Liga podría afrontar unas pérdidas de 1.000 millones de euros, si no se pudiese poner fin a la campaña actual.

Tampoco sufrirán modificaciones los modelos actuales de competición ya que están supeditados a los derechos televisivos y, tanto la Primera como la Segunda División, mantendrán el modelo actual de 20 y 22 equipos. Todo ello, a la espera de que, desde el Gobierno, den el visto bueno para que los conjuntos inicien las correspondientes pretemporadas que den inicio a está finalización del curso 2019-2020 inédito en la historia.

En el encuentro organizado por la Asociación de Directivos y Ejecutivos de Aragón, el Presidente de la Liga detalló, uno a uno, cuáles serán los pasos llevados a cabo por la Liga de Fútbol Profesional desde el momento en el que se declaró el estado de alarma en el país. «La situación requería de dinamismo y soluciones acordes al momento. Necesitábamos una estrategia tanto a corto como largo plazo para un colectivo que afecta a muchas familias, genera más de 180.000 puestos de trabajo y compone más del 1,3% del PIB nacional», indicó el presidente.

En primer lugar se establecerá una fase de elaboración de los calendarios. Esta actividad debía ser conjunta con los organismos internacionales de la FIFA y la UEFA, y coordinado con el resto de países, ya que de ello se deviene, el correcto funcionamiento del fútbol y gran parte de los ingresos económicos. En España, siete equipos forman parte de las competiciones europeas y deben asumir un calendario común al resto. Con el 28 de junio como línea roja, la libertad para legislar sobre el covid-19 en cada país impide mantener el calendario ordinario, así que, la competición por bloques, a pesar de no ser la deseada, se acuerda como la alternativa ecuánime.

A continuación se ha realizado una evaluación de daños económicos, tanto si no se jugaba, con unas pérdidas de hasta 1.000 millones, o si se hacía a puerta cerrada, que ascendían hasta 300 millones. Desde la Liga se recomendó a los clubs llegar a un acuerdo con las plantillas para realizar ERTES o reducciones de sueldo que aseguraran la viabilidad de los clubs. También se aconsejó a aquellos faltos de tesorería, ya que como indicó Javier Tebas, «gran parte del fútbol español está financiado por bancos europeos». Cabe decir, que los equipos más poderosos económicamente son aquellos que sufren más esta crisis, ya que pierden los ingresos audiovisuales.

En la tercera fase se ha desarrollado un protocolo sanitario de seguridad para garantizar la viabilidad de la competición de acuerdo con las autoridades sanitarias. Establecer unas normas de obligado cumplimiento para todos los clubs con un expediente disciplinario, ya que la desaprobación de uno de ellos generaría un problema para toda la competición. Estas pautas incluyen la aplicación masiva de test a futbolistas, cuerpos técnicos, personal de los estadios y cámaras de televisión. Además, una adecuación a los entrenamientos progresiva, primero individualizada y más tarde grupal.

Finalmente, se contempla la ejecución de los partidos a puerta cerrada. Cuándo y cómo viajarán los equipos, las personas que estarán en los estadios y se incluye la figura del Inspector de partido, que informará a la Liga sobre el control de cada encuentro.

Ahora, la Liga se mueve en un quinto y críptico escenario, la próxima temporada. Todo indica que los estadios permanecerán cerrados hasta enero, esto afecta a los ingresos y, por consiguiente, al mercado de fichajes, que en palabras de Tebas, «no volverá a ser el mismo». Los daños económicos en bares, restaurantes, hoteles... que generan millones de euros todos los fines de semana. «Hay que esperar a que tengamos fechas, aquí habrá un daño, se juegue o no durante los próximos dos años», concluyó.