El nuevo fútbol tras la pandemia con estadios vacíos y con mayor dificultad de los equipos locales para hacer valer el peso de jugar en casa ayuda a justificar en cierto modo el terrible balance en La Romareda del Real Zaragoza en las cinco jornadas que se han disputado tras el parón, con tres derrotas en casa, ante el Alcorcón (1-3), el Almería (0-2) y el Huesca (0-1), los dos últimos rivales directos en la pelea por subir a Primera. Sin embargo, el paupérrimo balance obliga a reflexionar, porque el Zaragoza de Víctor, que ha arreglado su trayectoria y se ha sostenido en la segunda plaza con dos triunfos a domicilio ante el Lugo y el Extremadura, es el peor equipo en casa tras el parón, empatado con el Racing, con el mismo balance, aunque con los cántabros con mejor reparto de goles y el conjunto aragonés, que llegó al parón como el quinto mejor local de la categoría, ha perdido hasta cuatro puestos en ese ranking, para ser el noveno, con 28 puntos en 18 partidos.

El Almería, cuarto clasificado, y el Extremadura también coleccionan derrotas, pero solo han jugado dos encuentros, los mismos que el Huesca, que sumó un empate en El Alcoraz y un punto de seis posibles. Con tres partidos en casa sin ganar ninguno de ellos también están el líder Cádiz, con dos puntos por dos empates y una derrota, lo mismo que el Albacete y una más, hasta tres tablas ha logrado el Oviedo. El Lugo, con un empate y una derrota, ante el Zaragoza, completa el listado de nueve equipos que no conocen la victoria como locales en las cinco primeras jornadas tras el parón.

Es obvio que el promedio de triunfos caseros ha descendido mucho, algo que ya se ha vivido en otras Ligas europeas, pero en esta Segunda hay equipos que han sido capaces de alcanzar un buen balance como local. El Fuenlabrada ha sumado siete puntos de nueve y es el único que tiene dos triunfos caseros en estas cinco citas iniciales tras el coronavirus. El Deportivo, con cinco puntos de 9 posibles y Las Palmas, con ese mismo bagaje, también están a buen nivel en su feudo, donde no han perdido.

El Zaragoza se puede amparar en que de los cuatro primeros clasificados ninguno sabe lo que es ganar en su feudo en este retorno y que todos se están mostrando irregulares y hasta puede mirar a acciones puntuales del colegiado de turno, ante el Almería y sobre todo con el Huesca, para buscar justificación a esas derrotas. Sin embargo, no es menos cierto que el conjunto zaragocista ha dejado escapar ya nueve puntos en su feudo, que no está sabiendo manejar este nuevo fútbol frío y sin ambiente en las gradas y que esas tres derrotas le han frenado mucho, porque han mostrado a un equipo con poca capacidad de reacción a los golpes en casa y sobre todo con poco gol, con una sola diana, de Linares ante el Alcorcón, en tres partidos. Habiendo mantenido un cierto nivel en La Romareda, tendría medio billete de ascenso ya casi sellado, sobre todo si hubiera ganado al Almería y al Huesca. Así, toca remar.

El Zaragoza, eso sí, se levantó de las dos derrotas anteriores en casa con triunfos convincentes en Lugo y Almendralejo. Ahora, tiene que hacer lo mismo frente al Girona, ante el segundo mejor local de la categoría y que va a cambiar de entrenador con la inminente llegada de Francisco Rodríguez por Pep Lluís Martí, cuya destitución ha sido oficial esta tarde, pero que en Montilivi no es demasiado accesible tras el parón, con cuatro puntos de seis posibles como balance. El Zaragoza, que iba lanzado en casa antes de que el coronavirus detuviera la competición, con seis partidos sin perder, con cuatro triunfos y dos empates, se ha encontrado ahora con tres derrotas seguidas en la nueva realidad del fútbol, pero el ascenso directo será mucho más difícil, porque obligará a no fallar fuera, si el Zaragoza no reacciona en La Romareda, por donde aún deben pasar Rayo Vallecano, Oviedo y Ponferradina.