El Real Zaragoza vive en estos momentos su mayor crisis desde la llegada de la Fundación Zaragoza 2032 en el verano del 2014 y eso también se ha hecho notar en el consejo de administración zaragocista, donde la tensión es más palpable que en otras épocas, con diferencias más acentuadas en la forma de intentar salir de la delicada situación, en las soluciones a tomar y en cómo gestionar el mal momento que vive el equipo, en zona de descenso a Segunda B, además de que también habrían aflorado más diferencias personales entre los consejeros.

Es una tragedia, la del posible descenso a la categoría de bronce, que ya se bordeó en la 16-17, con tres entrenadores y con la salvación al final con César Láinez, y mucho más recientemente en la temporada 18-19 cuando hubo que recurrir a la desesperada a Víctor Fernández para lograr una sufrida permanencia. El descenso entraña un tremendo riesgo de desaparición para la SAD, que a 30 de junio de este año 2020 tiene una deuda todavía de 71,5 millones de euros, inasumible en la práctica en la futura Segunda B Pro a la que el equipo caería si pierde la categoría.

El club ha vivido en su máximo órgano rector otros episodios de diferencias y también se han producido cambios, como las salidas en el verano del 2019 de Carlos Iribarren y Fernando Rodrigo cuando César Alierta capitalizó parte de su deuda en una ampliación de capital que le dejó como máximo accionista juntando sus acciones y las de su sobrino, Fernando Sainz de Varanda, vicepresidente y consejero delegado, para alcanzar un 50,56%. En ese momento, en el consejo entraron Juan Uguet y Luis Blasco, dos personas de confianza de Alierta, además de Juan Forcén, que hasta entonces solo era patrono de la Fundación para unirse en este órgano rector a Fernando de Yarza López-Madrazo, Christian Lapetra, presidente de la SAD zaragocista, y el propio Sainz de Varanda.

La llamada a Víctor

Las tensiones tienen que ver con la búsqueda de soluciones y responsabilidades de la nefasta situación deportiva, con un cambio de entrenador ya realizado para dar paso a Iván Martínez tras la destitución de Rubén Baraja, pero también con las figuras de Lalo Arantegui como director deportivo o de Luis Carlos Cuartero como director general. Un buen ejemplo de esos diferentes puntos de mira llegó en la llamada a Víctor Fernández, iniciada por una parte del consejo, y respaldada por la mayoría de consejeros en la visión de Lalo de que fue el técnico el que se negó a regresar cuando le llamó el director deportivo, si bien el propio entrenador aseguró que nunca dio esa negativa y solo pidió una serie de condiciones para volver.

El club al final respaldó la versión del director deportivo, aunque lo hizo en silencio y sin pronunciarse de forma pública, y también secundó la propuesta de apostar por Iván Martínez, técnico del Deportivo Aragón y apuesta personal de Lalo, y desde entonces no se ha vuelto a hablar con Víctor, que está en la capital aragonesa en estos días. Una puerta con el entrenador que más partidos ha dirigido al Zaragoza que está cerrada, pero que nadie descarta que se vuelva a abrir si la espiral de malos resultados continúa.

Lo cierto es que la Fundación Zaragoza 2032, que controla el 91% de las acciones de la SAD, que tiene un capital social de 6,38 millones, ha pasado a tener un rol mucho más secundario que cuando se formó y ahora hay que hablar más bien de posiciones individuales de cada gran accionista o como mucho duales que de movimientos grupales de esa organización. Alierta, que pasó por un delicado momento de salud el pasado verano, a través de Prado de Altaoja (19,75%), su sociedad, y a su nombre (29,25%) tiene el 49% del capital, mientras que Sainz de Varanda, que posee unas 100.000 acciones y es pequeño accionista, posee un 1,56%.

El resto de pequeños accionistas se va hasta un 9,06%, de los que solo el 0,31% y poco más de 20.000 acciones se quedan a nombre de la Fundación Zaragoza 2032. Mientras, los otros tres patronos de la Fundación junto a Alierta, la familia Yarza, con Gredinco, Carlos Iribarren, con Tecnoiragin, y Juan Forcén, con Sport Around The World, se reparten un 13,46% cada uno.