Hace poco más de un mes pidió Lalo Arantegui comparecer ante la prensa para hablar del primer tercio del campeonato, para analizar las dudas y las certezas del Zaragoza, para reforzar a su entrenador. Dijo que no era pesimista, que entendía que se hallarían las vías de solución para salir adelante más pronto que tarde, y que no consideraba tener que acudir al mercado de fichajes para darle otro aire al equipo en la segunda vuelta de la competición. A la vuelta de cinco partidos, la idea ha cambiado dentro del club, que ha empezado a sondear en el mercado posibilidades más o menos inmediatas. El Zaragoza solo ha ganado un partido más desde aquella mañana en la que el director deportivo se sentó en la Ciudad Deportiva para defender su proyecto. Uno de cinco, en su promedio pese a que el entrenador ha dado vueltas y más vueltas a la plantilla, con cambios masivos en las dos últimas alineaciones que no le han servido para mejorar los resultados. El empuje, se entiende pues, tendrá que llegar desde fuera.

«El límite salarial está consumido en su totalidad y ahora es complicado acreditar nuevos ingresos, así que probablemente no haya ninguna incorporación», explicó recientemente Cristian Lapetra. Pero la idea ha cambiado. La primera premisa, no obstante, debe ser elevar el techo de gasto que tiene impuesto por la Liga, ahora situado en 5,651 millones de euros (el 14º de la categoría). Necesita acreditar nuevos ingresos ordinarios para poder invertirlos en la plantilla.

Desde el club se trata de explorar en una o varias de la vías que le abrirían nuevas ventanas de gasto. La primera, sencilla y habitual, consiste en liberar parte del salario que tiene comprometido para la presente temporada dando salida a algunos de los futbolistas con los que no va a contar en el segundo periodo de la Liga. Jesús Valentín es el nombre que con más fuerza ha sonado en este apartado desde hace meses. El central canario no ha respondido a las expectativas y ha perdido el puesto que se le había guardado en pretemporada, adonde llegó como jugador titular. Sus primeras actuaciones estivales dejaron entrever las dificultades que iba a encontrar el exjugador del Huesca para tener un sitio fijo en las alineaciones de Natxo González. El tiempo ha demostrado que solo ha contado con él en situaciones excepcionales. En el último encuentro en Valladolid, además, no entró en el campo ni siquiera cuando Mikel González se tuvo que retirar lesionado en la primera mitad. El entrenador prefirió a un centrocampista, Alberto Zapater, para cubrir esa baja.

Hay otros dos futbolistas que han entrado en la baraja de salida. Por un lado, Alain Oyarzun, que no ha encajado en el proyecto zaragocista. El vasco comenzó la temporada en el banquillo, pero luego fue encontrando sitio, tanto en la zona de volantes como en el lateral, donde llegó a actuar con continuidad. Hace semanas que ha desaparecido, sin embargo, igual que Oliver Buff, a quien González mantuvo en el equipo titular con constancia hasta que entendió que la adaptación del suizo al fútbol español no llegaba al ritmo necesario.

El Zaragoza podría optar también por la aportación económica de los accionistas o la entrada de nuevo músculo al accionariado, aunque es una opción que, de momento, no se contempla. Más fácil es que se abran vías en cuanto patrocinios. Se espera que pueda llegar un nuevo espónsor, además de que se apruebe la ayuda que ha pedido el PSOE en el Ayuntamiento de Zaragoza. El grupo socialista presentó una enmienda a los presupuestos del 2018 en la que se propone conceder 800.000 euros al Real Zaragoza a través de una subvención directa. Una propuesta que para el Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC) será clave para la aprobación, ya que esta «ayuda» -así se denomina en la partida, acompañada de «promoción de la ciudad»-, se ha presentado como un requisito indispensable e innegociable en su cuantía. Esa ayuda podría ser aprobada el 8 de enero, fecha a partir de la que el Zaragoza podría acreditar ante la Liga que tiene nuevos ingresos y, por tanto, puede pensar en el mercado de invierno.