El acuerdo para la rebaja salarial de la plantilla del Real Zaragoza, que puede rondar en torno al 25% del salario en caso de suspensión de la competición, aunque contempla diferentes escenarios en función de cuándo y cómo se reanude la Liga, y la presentación del Expediente de Regulación Temporal de Empleo para todos los empleados han supuesto un alivio para la difícil economía del club aragonés. Sin embargo, como también se reconoce en la entidad no se ha resuelto el problema de una SAD que desde hace años se ha admitido que no es viable en Segunda División por la pesadez de una deuda neta que, a 30 de junio del 2019, estaba en torno a los 79 millones de euros.

La suspensión de la competición supondría dejar de ingresar algo más de dos millones de los 7,3 que tiene en previsión la entidad en derechos televisivos, mientras que en taquillas implicaría perder un buen pellizco, que también se iría al limbo si la competición se completa a puerta cerrada, el escenario más probable ahora mismo, si es que se pueden jugar las 11 jornadas que restan. Al Zaragoza le quedaban seis partidos en casa, uno de ellos el derbi ante el Huesca. Con localidades que en los últimos partidos antes del parón oscilaban entre los 25 y 45 euros y con el club jugándose el ascenso, era más que previsible que la venta de las casi 5.000 entradas que el club puede poner en taquillas fuera numerosa y que la cifra hubiera podido rondar al menos los 700.000 euros para esas 6 citas. Eso, sin mencionar la posibilidad de un 'playoff' con dos partidos más, ya que el Zaragoza estaba en ascenso directo. Eso sí, el club había tenido una gran taquilla ante el Real Madrid en Copa, que pudo rondar los 800.000 euros.

El Zaragoza tiene presupuestados para este curso 15,7 millones en ingresos. 4,3 de ellos son en abonos y ya fueron cobrados en verano. El club debe decidir qué pasará con esos seis partidos si no se juegan o lo hacen a puerta cerrada, pero lo más factible es que se les ofrezca en ese caso ventajas a los socios para la próxima temporada. También están cobrados ya los patrocinios, que en la pasada temporada, en la 18-19, fueron de 740.000 euros.

La deuda con Hacienda

El club se enfrenta el 30 de junio al pago del concurso de acreedores, el tercero, que es de 2,4 millones y también debe desembolsar los 1,2 millones del convenio con Hacienda. Este curso es el último con menos cuantía según el acuerdo con la AEAT del 2017, por lo que a partir de la próxima temporada, salvo que llegue un nuevo pacto, la cantidad a pagar subirá por encima de los cuatro millones. Al Zaragoza, a 30 de junio del 2019, le quedaban 15,7 millones de deuda histórica con Hacienda, pero este curso entre la anualidad antes citada y el 25% de los traspasos de Pep Biel, Soro, Verdasca y Mateo Mejía, que en verano y según Lalo Arantegui se acercaron a los ocho millones, aunque en cantidad fija sería algo menos, supondrá que a 30 de junio la deuda con la AEAT esté por debajo de 13 millones. Eso hay que pagarlo antes del 2023.

Esos traspasos hacían prever un beneficio en la 19-20 de unos 6,5 millones, con unos ingresos fijos por ventas de 5,6, cuando en las últimas temporadas el beneficio superaba solo el millón de euros, por ejemplo 1,28 tras impuestos en la campaña 18-19. El club puede generar esos beneficios de explotación, pero la deuda es demasiado elevada y necesita subir a Primera. En la élite, el panorama se soluciona, pero con el parón actual todo está en suspenso y el Zaragoza sigue viendo el túnel económico.