El coronavirus avanza descontrolado por el mundo, mientras el fútbol, al igual que todos los deportes, continúa paralizado, atrapado en una crisis que jamás podía imaginar. La UEFA, tras una reunión vía telemática realizada ayer con las 55 federaciones, decidió limpiar el calendario de las selecciones (la Eurocopa del 2020 ya fue desplazada al 2021), cediendo también las ventanas de las selecciones (había dos fechas reservadas en junio) para acabar la actual temporada como sea. Esa es la prioridad, tanto deportiva como económica. Pero no depende, obviamente, de la UEFA. Ni tampoco de las federaciones o de los clubs. Solo depende de la evolución de la pandemia que ha obligado a cerrar todo el deporte mundial, torneo de tenis de Wimbledon incluido, que solo había sido detenido por las guerras mundiales, como los Juegos Olímpicos. Pero la tercera guerra que vive el planeta está siendo devastadora. Y los calendarios, obligados por la terrible fuerza del virus, pasan de ser sólidos a líquidos.

Cada día hay reuniones telemáticas, cada día hay nuevos planes, pero cada día todo resulta mucho más provisional. Para los clubs y federaciones el objetivo es terminar las competiciones en juego, aunque tengan que adoptar nuevos formatos, mucho más cortos para aprovechar al máximo las fechas, si es que existen, claro. Están en juego 7.000 millones de euros, el 30% de los ingresos que debía percibir por la actual campaña. En el caso de España la cifra sería de 700 millones lo que pondría en peligro la sostenibilidad económica del modelo, entendido como hasta ahora. Al Real Zaragoza le afectaría en dos millones de euros de televisión.

REORDENAR EL CALENDARIO / En esa reunión la UEFA acordó no solo limpiar las citas de selecciones, sino que también trasladó el Europeo sub-21 del próximo año al 2022, un movimiento que también ejecutó con la Eurocopa femenina (del 2021 al 2022) en una obligada «reordenación del calendario para poder cumplir con todos los compromisos». Después, el organismo europeo recalcó que «está trabajando sobre dos escenarios» para intentar reemprender el fútbol. «Por un lado, poder reanudar la competición a comienzos de junio». Ese es el primero, supeditado, por supuesto, a la evolución del virus. «El otro es que el balón pueda echar a rodar a finales del mismo mes de junio o a principios de julio».

La idea del organismo europeo trascurre en estos momentos por que esos primeros partidos, si lo permite la pandemia, se disputen a puerta cerrada manteniendo la estructura de la Liga en los fines de semana y la Champions entre semana, como hasta ahora. Y eso, obviamente, haría correr todo el calendario de la próxima temporada provocando, por ejemplo, que la Liga 2020-2021 se inicie a mitad de septiembre y la fase de grupos de la Liga de Campeones arranque en octubre.