Ayer la Liga de Fútbol Profesional (LFP), la patronal que une a los clubs y a las Sociedades Anónimas de este bendito deporte, se reunió en Asamblea General Extraordinaria en Madrid para cerrar el ejercicio. Tras ella, Javier Tebas, el mandamás del gremio, no dejó lugar a la duda. "El Real Zaragoza está en una situación muy, muy delicada. En alerta roja", declaró. Y a continuación añadió más picante a la salsa. "Si no cumple (por el equipo aragonés) una serie de normas y garantías que puedan asegurar que asumirá sus obligaciones de pago no seguirá en la competición". Sic.

Por increíble que parezca, en la Asamblea no hubo ningún representante del Real Zaragoza. Unos, Pitarch y su grupo, no fueron porque allí ya no pintaban nada. Otros, los empresarios aragoneses, deslizaron no tener constancia de la cita. Los terceros, los Cuartero y Checa boys, nexo entre el grotesco pasado y el inquietante futuro, a vivir que son dos días. Y el Zaragoza, su historia, su escudo, de nuevo deshonrado. Vilipendiado por tanto desprecio.