Ni el confinamiento, la pandemia, la obligada separación entre unos y otros por la situación sanitaria y el paso de los meses ha cambiado el parecer de los jugadores del Real Zaragoza. La incertidumbre inicial sobre el regreso del fútbol ha mutado en confianza, más si cabe. Ya hay fecha para volver, se entrena en grupo… empieza a coger buen color, a pesar de que el balompié no será igual. Perderá esencia, pero el objetivo sigue intacto.

Da igual un joven, un veterano, un peso pesado del equipo o un habitual suplente. En el equipo aragonés cunden el optimismo y las certezas. Optimismo con respecto al ascenso y en seguir la misma línea y la certeza de que no será fácil. Un pensamiento común para un objetivo compartido que han ido expresando en los últimos días.

El tópico de hablar de once finales para lograr el ascenso ha sido muy utilizado en los últimos días, lo cual no quita para que sea cierto: «Tenemos que encarar estos once partidos como once finales, saber que tenemos que salir a morir y a ganar porque en cada partido nos jugamos todo», dijo Clemente, que también recordó que «debemos acabar el trabajo como lo veníamos haciendo hasta ahora si queremos celebrar el ascenso».

En la misma línea se mostraron Luis Suárez, que resaltó que «jugaremos once finales para darle el ascenso a este club y esta ciudad, que se lo merecen mucho»; Alberto Guitián, que dijo que «nos tocará jugar estos once partidos como un playoff, once finales»; o Puado, que enfocó sus palabras en la misma dirección en una entrevista con ese diario: «Habrá que afrontarlos como once finales porque son las que nos pueden dar el retorno a Primera, algo que el club y su afición llevan esperando y deseando mucho tiempo.

Pero no queda ahí el tema. Cristian Álvarez apeló al sentimiento al hablar de que son «once partidos vitales» para alcanzar una preciosa meta, que es «estar festejando, cumpliendo el sueño de todo el equipo, el club y toda la comunidad estando otra vez en el lugar del que nunca nos teníamos que haber ido»; mientras que Vigaray tiró de ciertos tintes épicos al decir que «hay que saber que nos estamos jugando la vida», por lo que «hay que salir cada partido a competir y ganar».

Más comedidos pero en definitiva con el mismo trasfondo se expresaron otros futbolistas. Dani Torres, por ejemplo, habló de la motivación del equipo y «esa ilusión de llegar a culminar ese trayecto que llevamos que nos tiene a un paso». Linares, por su parte, expuso sus ganas «de volver y terminar lo que estamos haciendo muy bien»; Nieto subrayó la necesidad de prepararse bien en estas semanas de entrenamientos «para estar a tope» y culminar la faena; Eguaras deseó «seguir con la dinámica de todo el año y que todo termine bien» y el gran capitán, Alberto Zapater, apeló a la obligación de ser «todavía más profesional» sabiendo lo que hay en juego, «porque nos jugamos la vida». De un zaragocista de corazón para los zaragocistas de corazón. Un anhelo compartido, un objetivo común, mes y medio de competición para dejarlo todo. Unidos por un sueño, el del retorno a Primera.