—¿Cómo se está encontrando en estas primeras semanas de cesión en el Granada?

—Fenomenal, nada más aterrizar ya tuve minutos y estoy jugando más en la Copa. Me estoy encontrando bien en el club, integrándome en la ciudad, que es fantástica. El equipo está en una inercia positiva y es más fácil acoplarse, todo va de cara y eso se nota.

—Le está faltando jugar más en LaLiga. Ahí, Germán o José Antonio Martínez son fijos...

—La competencia siempre es buena para ayudar a superarte y a mejorar. Venía de una racha de no jugar desde octubre y aquí han querido ir poco a poco con mi ritmo de juego y he estado disputando un partido a la semana, porque no era bueno acumular más cargas. En lo que he jugado me he encontrado perfectamente y capacitado para todo.

—¿Qué pasó en su cesión al Wolverhampton?

—Ha sido un aprendizaje. Fui con una ilusión tremenda por todo, por jugar en la Premier, y por motivos que todavía no sé y nadie me ha explicado no contaba casi ni para los entrenamientos. Siempre puse buena cara, la mejor actitud, y estoy orgulloso porque no todo el mundo hubiera aguantado el tipo como yo en esa situación con el trato nefasto que he tenido allí. Jugar o no hacerlo son decisiones del míster (Nuno Espírito Santo) que yo siempre he respetado, lo que más me dolió fue el trato, que de verdad no me esperaba. Es que no me han sabido decir por qué no quisieron hacerme sentir parte del equipo.

—¿Le ha costado quitarse la leyenda de lesionarse mucho?

— Llevo más de un año en el que no tengo ni una lesión, me encuentro perfectamente. También en Granada. Nunca hice caso a esas cosas, consideraba que quizá por mi forma de jugar iba demasiado al límite. He cambiado aspectos, en la prevención por ejemplo y también sabiendo dosificar en los entrenamientos, ser algo más inteligente en el día a día con ir al límite, porque en los partidos, eso sí, no queda otra.

—¿Como se toma estos seis meses en Granada?

—Tuve muy claro que quería venir aquí. Lo que quiero es ayudar al Granada al máximo, porque si ayudas a tu equipo al final este también te ayuda a lograr tus metas. Quiero sumar los máximos minutos, hacer las cosas bien, está la tremenda ilusión que supone la Copa y, además, tengo muy presente mi sueño de poder estar en los Juegos de Tokio este verano.

—Tiene muchas opciones tras lograr el título en el Europeo sub-21 siendo el capitán.

—Eso hay que ganárselo hasta el final. Como deportista es lo máximo poder ir a unos Juegos, en ese sentido yo siempre he envidiado a los que han disputado algunos. Quizá para algunos jugadores haya torneos en el fútbol más importantes, pero yo antes que futbolista me considero deportista. Tengo que echar el resto para ir.

—Tiene 23 años y se van a cumplir 5 de su traspaso al Real Madrid. Echando la vista atrás, ¿no cree que dio ese salto pronto?

—Las cosas se dan como dan. Yo estaba muy a gusto en el Zaragoza, rozamos subir en la primera temporada, pero sale la oportunidad y tomé la decisión, teniendo en cuenta que al menos implicaba poder seguir allí un año más, y por supuesto estaba la necesidad económica del club. Se juntó todo un poco.

—¿Sigue pensando que en usted hay un central titular para el Real Madrid?

—Yo siempre miro a lo máximo, en grande. De todas formas, no me quedo en eso, en mirar al futuro, yo pienso en el presente, en trabajar con los cinco sentidos en el día a día para el club en el que estoy, ahora el Granada, como antes en los Wolves, en Frankfurt o en el Zaragoza.

—Soro ha vivido algo parecido a lo que vivió usted....

—No lo conozco personalmente. Lo veo ahora con mucha más confianza, con mejores sensaciones. Ojalá un día podamos coincidir los dos en el Real Madrid, sería una gran señal para ambos. Si él decidió firmar por ese club es porque está convencido como yo de que tiene el potencial y puede hacer las cosas bien como para jugar en el Madrid.

—¿Cree que este puede ser el año del ascenso del Zaragoza?

—Las sensaciones para subir que se desprenden son buenísimas, sin duda. No estoy dentro de ese grupo, pero hablo con Zapater, con Ubieto, con Nieto… y lo palpo, aunque lo que más me gusta es la calma y la inteligencia que se ve, teniendo claro que queda mucho. Y lo mejor es la imagen de equipo que dan, porque siempre compiten y lo hacen bien. Con eso la probabilidad de lograr muchos puntos es muy alta.

—¿Ha visto muchos partidos?

—Todos los que he podido. En Inglaterra me costaba algo más, pero en Granada sí que he seguido bastantes más. Aún no he podido estar en La Romareda en esta temporada y no sé si me gustaría estar al final, porque ojalá suba directo y no en los 'playoffs', pero si tiene que jugarlos seguro que ahí estaré animando también.

—¿A quién destaca?

—Hay una base muy buena de forma global. Cristian está a un nivel increíble, pero no solo este año. Luis Suárez marca las diferencias arriba y el timón de Eguaras se nota mucho cuando él está fino. Y disfruto mucho con los canteranos, tiene un gran mérito que haya tantos y no tenerlos por tener, sino que están rindiendo y siendo fundamentales. Lástima la lesión de Javi (Ros) y también la de 'Zapa'. Estoy convencido de que con ese plus que aporta Alberto las cosas aún irían mejor. Es una pena que no estemos disfrutando de él.

—¿Lo ve jugando de nuevo?

—Sí, ojalá que sí. Es imposible trabajar con más ilusión que él. Gabi Milito y él siempre fueron mis ídolos. Y eso sin conocer personalmente a 'Zapa', ahora conociéndolo más ya ni le digo... Su capacidad de trabajo, de querer y de superación es algo tremendo.

—¿Qué le parece Víctor?

—Lo conozco desde que firmé con el Madrid porque él estaba en esa cantera y he podido hablar con él en muchas ocasiones. No es casualidad ni su palmarés ni que tenga el equipo así. Para mí el mérito más grande que logró ahora es tener a todos enchufados.

—¿Qué sentirá si el Zaragoza sube este año?

—Una alegría tremenda. Llamaré primero a la gente que está allí, a Pedro Suñén, a Ubieto, a los jugadores como Zapater o Nieto, porque ellos han peleado mucho por eso. Ojalá les pueda llamar para emocionarnos, porque ya es demasiado tiempo en Segunda, pero creo que la afición ha captado el mensaje de ver que el equipo es el primero que lo da todo. Este año veo más que nunca ese deseo latente de volver a la élite, pero partiendo de hacer las cosas bien, con un buena base. En los partidos hay intensidad y ganas, pero además se nota un buen trabajo. Ese es para mí el salto, la clave.

—¿Usted sueña con volver a jugar en el Zaragoza?

—Me lo preguntan mucho y me alegra porque implica que la gente tiene un buen recuerdo de mí. ¿Por qué no soñar con volver a mi casa, al club que me lo dio todo? En el fútbol el futuro es difícil de predecir, pero por supuesto que tengo la sensación de que, tarde o temprano, volveré.