Toda la temporada con la indignación apuntando a Álvaro y Marc Gual por su ineficacia ante el gol, que infructuosos en su empeño lo han sido mucho, y resulta que el Real Zaragoza va a acabar la temporada con una cifra de goles a favor absolutamente compatible con la posibilidad de ascenso a pesar de sus delanteros. A falta de dos jornadas para el final suma 48. El equipo ha errado en exceso en la suerte suprema pero, aun con todo, el número es bueno, muy similar al de los clubs punteros.

Lo que es totalmente incompatible con la posibilidad de ascenso es un agujero negro como el que ha tenido el Real Zaragoza en defensa. Acumula la grotesca cantidad de 50 goles en contra y, ahí, en ese socavón es donde se han sepultado todas las esperanzas de que la temporada fuese de otra manera. Osasuna ha encajado 33, el Granada 26, el Albacete 33, el Málaga 30, el Mallorca 35, el Cádiz 34…

La respuesta a ese desequilibrio tan terrible tiene dos direcciones: un mal funcionamiento global y jugadores individualmente pobres en la retaguardia, protagonistas de errores tremendos. Verdasca, Álex Muñoz, Perone y Dorado no han funcionado. El año pasado ya hubo problemas, pero Cristian los ocultó todos. El club no hizo en verano una buena valoración de ello. Ahora es obligada: hay que cambiar la defensa.