--Toma rumbo hacia el Beitar de Jerusalén en Israel, en una salida que quizá se ha demorado mucho. ¿Por qué ha tardado tanto?

--Ha tardado ese tiempo porque estaba esperando por algo bueno para mí, hace algunas semanas que me había comunicado el Zaragoza que no contaba conmigo y quería escoger lo mejor para mi futuro. Ha llegado el momento y estoy contento con la decisión de marcharme al Beitar, es un buen paso para mí

--Llegó en el 2017 desde la cantera del Oporto y con solo 20 años. ¿Con qué sensación se marcha?

--Hago un balance en general positivo de lo que aporté, pero creo que faltó un poco más de paciencia conmigo porque era un jugador muy joven cuando decidí salir por primera vez de Portugal y de mi casa y aún lo soy. Es verdad que he cometido errores, pero siempre me dejé todo en el campo.

--¿Faltó paciencia de la afición, del club o de ambos?

--Paciencia en general, sin concretar. Aun así, insisto en que el balance es positivo, porque han sido dos años muy buenos. He progresado mucho como jugador y también como persona, por eso la sensación solo puede ser buena. Es que esta experiencia, si se volviera a dar en el pasado, la volvería a repetir, porque he hecho grandes amistades y he conocido una ciudad y un club maravillosos. Voy a seguir viendo los partidos del Zaragoza y aquí hay un zaragocista más.

--Jugó mucho, 61 partidos oficiales, 59 de ellos de Liga, pero le marcaron demasiado algunos errores que acabaron en goles o en acciones decisivas en contra del equipo.

--Sí, sin duda. Me penalizaron los fallos que he ido cometiendo a ojos de la gente, pero es que ahora tengo 22 años y llevo dos aquí. Repito que soy muy joven. Mi margen de mejora y de crecimiento es muy grande y creo que tengo potencial para ello. Es que con un poco más de paciencia las cosas hubieran salido en mi caso mejor. Estoy seguro.

--¿Le sorprendió que el club le comunicara en mayo que no iba a seguir, que no le iba a ofrecer renovar?

--Un poco me sorprendió, claro. Quería seguir, hacer una carrera más larga en el Zaragoza, porque estaba a gusto en el equipo y en la ciudad. Pero así es el fútbol.

--¿Se marcha dolido con alguien en el Zaragoza?

--No, no hay ningún dolor ni reproche. La gente del club ha sido como una segunda familia para mí, me han intentado ayudar en todo momento. No puedo decir nada malo del Zaragoza, solo cosas positivas.

--Al final, el club y el míster deciden que no debe seguir y eso es respetable.

--Sí, es respetable, claro. El trato, además, digamos que en esta pretemporada ha sido bueno.

--¿Le molestó algo en esta pretemporada en el trato con el entrenador?

--No jugar los amistosos claro que me molestó, pero es una decisión que debo respetar. Hice mi trabajo, me entrené y cumplí, para eso me pagan.

--¿Qué mensaje le manda a la afición?

--Que voy a seguir apoyando al equipo y al club desde fuera, que ojalá este sea el año de subir a Primera, algo que me habría gustado lograr ahí y no ha podido ser en estas dos temporadas. Este club es enorme y merece estar entre los mejores, donde estuvo tantas veces en su historia. Y en lo personal decirle a la gente que yo siempre di el máximo, de eso no hay dudas. Siempre ofrecí el máximo de lo que podía.

--¿Cree que la afición le recordará con cariño?

--Noté siempre mucho cariño de una parte de la afición hacia mí y eso es de agradecer, pero así es el fútbol. Es la hora de marcharme y queda ese cariño siempre ahí.

--Ha tenido ofertas de Chipre, Rumanía o Bulgaria y estaba en la agenda de algún equipo de Primera como el Valladolid. ¿Qué ha influido para que acabe en Israel?

--Ha sido decisivo que yo quería vivir esa experiencia nueva y que la gente del Beitar me ha enseñado muy bien su proyecto, que me gustó mucho, allí está Benayoun como director deportivo, que es alguien muy conocido también en España y mucho más en Israel. Él me convenció, los dos hablamos español y eso me ayudó. Todo lo que he visto me ha gustado, veo muchas ganas de que sea un gran año para el equipo.

--¿Lo ve como un paso atrás? Está en el Zaragoza, un histórico en Segunda y va a una Liga europea de menor rango.

--No. Lo considero como una oportunidad para enseñar al mundo mi fútbol, no lo veo como una competición menor o menos buena que la Segunda de España. Veo una Liga muy fuerte y hay clubs importantes, con aficiones muy grandes también. Además, allí jugamos para entrar en Europa. Es verdad que ahora el Beitar no está en una competición europea, pero la idea es pelear para eso en la próxima temporada.