El entrenador del Real Zaragoza, Víctor Fernández, se mostró ayer, tras la victoria por 2-0 sobre el Oviedo, «feliz por el trabajo, por el comportamiento del equipo y por la actitud» que mostraron los jugadores durante el encuentro. El preparador consideró que, «ante la adversidad de no encontrar el primer gol», sus hombres no desfallecieron y, finalmente, encontraron «un triunfo merecido, esforzado». Para el preparador zaragocista, su escuadra se hizo con el dominio en ambas áreas. Así, Víctor afirmó que «todo el equipo» contribuyó a esta labor.

Individualmente, destacó el papel de Álvaro Vázquez y de Cristian Álvarez, de quien dijo que estuvo «soberbio» a la hora de detener el penalti. También tuvo buenas palabras para el delantero blanquiazul, «muy peligroso» y con una movilidad sorprendente. «Ha hecho su trabajo fantásticamente bien», destacó. En cuanto al estado de Lasure, y a falta de pruebas médicas, Fernández temió que el lateral sufra una rotura de fibras en el recto, puesto que el futbolista le comentó que sintió un pinchazo, algo que tachó de «peligroso».

Sobre el juego del equipo, el entrenador relató: «Lo más importante es que sigamos generando porque el fútbol, al final, suele ser justo». De esta manera, comparó la derrota contra el Málaga con el triunfo de ayer. «Es inexplicable la derrota del Málaga y hoy -por ayer- que ha sido más apretado, con un rival en un momento de forma extraordinario, hemos encontrado el camino del gol y el de cerrar la portería. Así de paradójico es el fútbol», reflexionó. Por último, consideró que la victoria «ayuda a seguir creciendo» pero recordó: «Esto va a ser largo y costoso».

IGUALDAD

Para el técnico rival, Juan Antonio Anquela, el de ayer fue un partido «muy parejo y equilibrado». Según el entrenador carbayón, su equipo tuvo opciones que no supo aprovechar «y el Real Zaragoza sí». Por todo ello, concluyó: «No hemos estado acertados». También se lamentó de alguna carencia, como la «calidad en los últimos metros».

No obstante, para Anquela, el resultado cosechado ayer en La Romareda resultó «un castigo excesivo» y consideró que su escuadra realizó «un buen trabajo», una labor en la que fueron «atrevidos».