Lo hizo sabiendo muy bien lo que decía y sin titubeos, teniendo claro cuál iba a ser el mensaje para el exterior, y también para la entidad, para las altas esferas. Víctor esperaba una pregunta sobre James Igbekeme, sobre su futuro y una salida que él no quiere bajo ningún concepto, y no dudó. «Si quieres vender pones precio a un jugador y empiezas a negociar, pero este no va a ser el caso. No va a salir nadie que no sea por la cláusula», aseguró el entrenador zaragocista, que aún redundó más en ese discurso para marcar territorio y dejar claro que no contempla el adiós de un futbolista que tiene 10 millones de cláusula y que es imprescindible para él: «Estoy tranquilo, porque sé que no se va a ir nadie de los que yo quiero que se queden y eso es muy importante. No se va a ir nadie de los que quiero que se queden para pelear por el sueño de todo el zaragocismo. Es lo que está hablado y comentado».

James percibe un salario de los más bajos de la plantilla, algo más de 120.000 euros anuales, muy lejos de la cotización que le ha puesto el Zaragoza. Además, aún no se han iniciado conversaciones para su renovación. El club siempre ha tenido su traspaso en perspectiva, con una cifra a partir de los 5 millones, pero es verdad que la venta de Pep Biel al Copenhague ha aliviado mucho la situación y la fortaleza para retener a James es mayor: «Hay que hablar claro. Cualquier club que no quiere vender aplica la cláusula. Si viene un equipo y paga la cláusula de Igbekeme o de Nieto o del que sea no hay que lamentarse, solo darle las gracias por los servicios prestados y por haber puesto más dinero en nuestra tesorería. Esa es la postura de uno que no quiere vender», aseguró. Por James Igbekeme han llegado ofertas de clubs que han rondado los tres millones y los equipos de Primera más interesados han sido el Leganés y el Alavés, aunque también estuvo en el punto de mira de Osasuna, Granada, Getafe o Villarreal.

Víctor quiere rematar la plantilla con dos refuerzos, uno de ellos más prioritario que otro, un segundo punta que el técnico desea que sea el exzaragocista Sergio García. El otro, si los números cuadran, sería un centrocampista físico. «Llegamos al final del mercado con calma y con prudencia. Son gestiones difíciles y jugadores muy concretos los que buscamos. Necesitaremos cerrar la plantilla con un par de futbolistas en una situación óptima para equilibrar el aspecto económico con las posibilidades deportivas y con lo que ofrece el mercado. Hay que cerrar la plantilla en entradas y salidas, culminar todo. Ese tipo de actuación última en estos días te va a aumentar las posibilidades de tener más capacidad para luchar por los objetivos», reseñó el técnico, que añadió: «El cierre del grupo es difícil. Tengo confianza en que todo se va a resolver porque aún necesitamos ese impulso hacia delante. De todas formas, estoy feliz con lo que tengo, se ha hecho una estructura técnico-táctica que me da tranquilidad», añadió.

Víctor sí que dejó claro que «no tiene ningún sentido que este mercado no esté cerrado con tres jornadas disputadas», una queja que es común en todos los entrenadores en España, pero apenas se quiso centrar en eso, sabiendo que los clubs aceptan esas normas del juego, en las entradas y en las salidas hasta el 2 de septiembre. En las despedidas, el club tiene como prioridad la de Pombo, más allá de que Víctor no vería con malos ojos la de Linares o la de Bikoro, aunque al final todo apunta a que van a seguir.

El técnico espera que con Pombo se dé una salida, pero no cerró ninguna puerta. «Nunca dije que jamás vestirá esta camiseta. Aquí se han tomado unas decisiones que pasaban por otros jugadores y al llegar el 2 de septiembre veremos. Creo que se llegará a una solución y aparecerá algún equipo, porque es un buen jugador. La única verdad es que tiene contrato hasta el 2020. Si sucede lo que no deseamos, es propiedad del Zaragoza».

Además, Víctor dijo los motivos para sacar al mediapunta: «El prioritario es futbolístico, pero hay más. Hicimos un planteamiento que no resultó porque me sacaron a Biel. Creía que con Soro, Verdasca, Álex Muñoz y Pombo era suficiente para cubrir unas necesidades que no conocía que eran de esa envergadura. Creíamos que era un jugador con valor en el mercado, al que podíamos sustituir con jugadores con otra actitud, en otras condiciones económicas y lográbamos resolver esa necesidad de tesorería».