Sabía Víctor Muñoz que esa pregunta no iba a faltar y sabía que era conocida su mala relación con Agapito Iglesias, las dos veces que el soriano había faltado a su palabra con él y todo el daño que le ha hecho al club aragonés... Por eso, al final de su introducción y antes de que llegaran las preguntas lo dejó claro, sin matices: "Había dicho que no vendría nunca al Zaragoza mientras estuviese Agapito, pero el Zaragoza está por encima de Agapito, de Víctor Muñoz y de todos. Nuestra historia es muy grande y queremos seguir haciendo historia", aseveró con contundencia.

Aun con todo, en la primera pregunta se quiso ahondar en esa mala relación, nacida cuando Agapito se hizo cargo del club en el 2006 y no renovó al entrenador, pero continuada después en las dos veces que le tuvo a la espera, tras bajar a Segunda, con la decisión ya tomada con Marcelino, y tras la destitución del técnico asturiano, cuando al final siguió Gay. Y ahí Víctor zanjó el tema. "Del señor Agapito no voy a hablar en absoluto, ni hoy, ni mañana, ni nunca. Todos pertenecemos a la historia de este club, pero estamos de paso y el Zaragoza permanece. Respeto al señor Agapito y nada más", dijo hasta con cierto desdén, con palabras que dejan entrever que Víctor no espera que el soriano sea el dueño del club en el que él entrena durante mucho tiempo.

La claridad de sus palabras, al margen de ratificar que uno de los ídolos de la historia zaragocista, el entrenador de la última gesta copera, no quiere saber nada del dueño del club, de la persona que ha propiciado el derrumbe absoluto que vive ahora, también pone el foco en que el técnico aragonés tiene más que claro, meridiano, que en el actual Zaragoza el soriano está apartado del día a día, algo que gestiona Pitarch, y que está demasiado enfrascado en sus líos con la Justicia por el Caso Plaza.

SOLO INFORMADO

Víctor se ha querido asegurar de eso y de ahí que pidiera tiempo cuando conoció la oferta zaragocista el lunes. De hecho, el mejor ejemplo de que Agapito no ha participado en esta decisión es que el entrenador ha firmado hasta el 2015. El soriano fue informado de que iba a ser la apuesta y la negociación la ha llevado a cabo Pitarch con el entrenador y con su agente, Petón. Esto contrasta con los anteriores nueve técnicos que llegaron con Agapito, que llevó de forma más que personal las negociaciones.

Las imágenes de la llegada a Zaragoza, de la reunión en un restaurante el martes por la noche del técnico, sus ayudantes, Pitarch, Moisés y Bruixola, sin los miembros del Consejo, o el hecho de que Víctor se sentara junto al director general tras la presentación son reveladoras.

Y lo sucedido con su llegada tampoco hay que desligarlo de la opción de compra que representa Pitarch sobre el paquete accionarial de Agapito. Salga o no adelante ese proyecto, que en todo caso debe tener un desenlace rápido, Víctor intuye, y conoce la suficiente gente en Zaragoza para hacerlo, que los días de Agapito están contados, que está acorralado por la Justicia y que el final de esa etapa que nació en el 2006 está próximo.

LAS EXPECTATIVAS

Mientras tanto, ha aceptado en esa negociación con Pitarch un contrato por lo que resta de temporada y otra más y su llegada ha supuesto un soplo de aire fresco para el zaragocismo, más que desanimado por la negativa trayectoria del equipo. La afición conoce a Víctor, sabe lo que ha supuesto en el Zaragoza, como jugador y aún más como entrenador, y tiene muy frescas en la memoria el título de Copa en Montjuic o las grandes noches ante el Madrid o el Barcelona en el curso 05-06.

Por ahí, el estado de enfado que tiene el zaragocismo con un equipo triste, apático y roto que lleva siete jornadas sin ganar y tres puntos de 21 se mezcla con la expectativa por la llegada de Víctor, algo que se verá el domingo ante el Deportivo.