Víctor Fernández no quiso entrar, como era más o menos previsible, en la cuestión de su continuidad la próxima temporada en el Real Zaragoza, ya que acaba contrato el 30 de junio y desde el club, desde la dirección deportiva que encabeza Lalo Arantegui, se tiene clara la apuesta en que siga, ya sea en Primera o en Segunda, algo que el preparador zaragozano prefiere dejar en el aire. “No es el momento para hablar y responder a eso. Cuando termine la Liga todo el mundo va a saber cuál es mi pensamiento”, argumentó el entrenador, que afirmó que el fútbol sin público en estas 11 jornadas que restan es “desnaturalizado, silencioso, es otro deporte. No contaremos con la afición pero sí con su corazón, sabemos que van a estar ahí y nos van a acompañar", y que aseveró que no le gusta el cambio para permitir cinco sustituciones, además de dejar claro un malestar por no haber contado con los entrenadores en el protocolo de LaLiga y su inquietud por las lesiones que cree que van a llegar al jugar tantos partidos seguidos con la vista puesta en el ascenso. “El sueño tiene que ser la energía para el objetivo. Nada nos va a frenar para lograr nuestro sueño”, explicó.

El futuro de Víctor, que renovó el año pasado por una temporada sin un curso opcional, es una incógnita y el entrenador prefiere mantener el suspense hasta que se acabe la Liga, algo que ya hizo el año pasado, donde Lalo tanteó a varios entrenadores ante la previsión de que no continuara y al final sí lo hizo. “Mi único frente y concentración es prepararnos, conseguir el sueño y hacer feliz a mucha gente. Por los zaragocistas tenemos que hacer ese último esfuerzo, más allá del pensamiento de determinados individuos sobre su futuro. Eso no es lo importante. Lo importante es el Zaragoza”, resumió el preparador zaragocista.

Esa lucha por el ascenso tiene ahora “un escenario inédito en el que no hay ninguna guía” para este minicampeonato de 11 jornadas tras un largo periodo de confinamiento. “Eso tiene una factura física y mental. Los jugadores han vuelto bien de ese confinamiento y en ese sentido estoy satisfecho, pero los resultados van a depender de todos los factores, físico, mental, técnico, anímico…”. En el factor psicológico, ni tampoco en el táctico, no ha podido incidir apenas el entrenador, demasiado al margen en estas sesiones primero individuales y desde el pasado lunes en grupos de diez de lo que es la normalidad. “Los equipos que tengan una gran fuerza mental también van a contar con ventajas. Y eso solo lo tienen los buenos. Y estoy convencido de que el Zaragoza lo tiene. Cuando vayamos trabajando con grupos más amplios podré tener una mayor incidencia en la preparación táctica del equipo y también en la mental”, aseveró.

Le inquietan las lesiones tras un parón que empezó el 8 de marzo, desde el partido en Málaga, con la seguridad de que van a llegar contratiempos. “Habrá que rezar para que no haya muchos percances y desgracias, porque ese factor no lo podemos controlar. Los jugadores en ese apartado sí van a estar más expuestos, con partidos cada 72 horas y con mucha intensidad porque te juegas los objetivos y ese estrés pasa factura. Hay más riesgo con las lesiones que con el tratamiento que se ha hecho con el covid por parte de LaLiga”, afirmó Víctor, que no tiene temor a un contagio ni lo ha detectado en sus ayudantes y en sus jugadores. “No hay riesgo cero, pero lo aceptamos y estamos comprometidos. No he percibido miedo y cada día que pasa nos sentimos más seguros. No hay ningún problema en ese sentido”.

Las dos críticas a LaLiga

Lamenta el entrenador zaragocista la poca voz que ha tenido su gremio en el retorno de la competición. “LaLiga debería haber tenido la delicadeza de contar con los entrenadores, que somos una parte importante como gestores de grupo y que podríamos haber mejorado un poco ese protocolo”. ¿En qué lo habría mejorado? “Para mí hubiera sido necesario acortar más las fases de trabajos individuales y de grupos reducidos y alargar más las fases de trabajo de todo el grupo”, señaló, dejando constar también que afecta la incertidumbre de la fecha del regreso, que está entre el 12 y el 19 de junio. “Tiene un gran valor para planificar una competición donde no vamos a tener amistosos para prepararla”.

Es radical y muy firme el entrenador zaragocista en su crítica a los cinco cambios por partido, que se tienen que hacer en tres tandas, ya que “no me gusta absolutamente nada. Al final no se respeta la integridad de la competición. Hemos jugado el 74% de la Liga con unas reglas y la porción que falta la deberíamos jugar con las mismas. A la medida no le encuentro fundamento y la entiendo como muy favorecedora para aquellos equipos que tengan plantillas extraordinarias en profundidad numérica y de calidad”, dijo el técnico, revelando claramente que ve otros rivales con mejor dimensión y composición de armario que el Zaragoza, un aspecto vital en una competición tan reducida y comprimida.

"Fútbol desnaturalizado"

Esta nueva realidad del fútbol incluye los partidos a puerta cerrada, al menos en este final de Liga y parece mucho más que probable que en el comienzo de la próxima. Otra realidad que al Zaragoza le perjudica, ya que La Romareda, con 28.000 socios y rozando el lleno en estos seis partidos que restan en casa podía ser más que clave. “Este será un fútbol desnaturalizado, silencioso, otro deporte. Si algo lo diferencia de cualquier otro es el público, el ruido, la pasión, el colorido. Y eso no podemos tenerlo. Es un factor a considerar y más en aquellos equipos con más presencia en las gradas, porque no es lo mismo quien tiene 28.000 personas en todos los partidos en la presión al rival, incluso en el condicionante al árbitro”, indicó el preparador zaragocista, que confía en que esta realidad tan alejada del sentimiento de este deporte no se prolongue por mucho tiempo: “A mí me transmite tristeza pero a eso nos tenemos que habituar, aunque espero que no por mucho tiempo, porque se rompería ese cordón que existe entre el jugador y la afición y, si se rompe, nos cargamos este deporte”.

Juzga Víctor importante comenzar manteniendo la buena racha que el Zaragoza exhibía antes del parón, aunque “lo fundamental que demuestran los equipos campeones es saber adaptarse a cualquier escenario. Obviamente cuanto antes ganes los primeros puntos más importancia va a tener al ser la competición tan corta”. El hecho de que la Liga se vaya más allá del 30 de junio con este parón va a propiciar que Zapater y Javi Ros puedan tener más opciones de ayudar al equipo en la recta final, sobre todo el ejeano, ya que Ros no va a tener el alta médica hasta el 7 de julio y solo llegaría a los últimos encuentros y demasiado justo. "Zapa lleva un año sin jugar, pero me está demostrando que a nivel físico se ha recuperado perfectamente y no tiene secuelas. Habrá que ver su respuesta al jugar en espacios grandes y con rivales delante. Y con Javi tengo algo más de dudas porque va a ir mucho más justo de tiempo”, señaló.

Con todos esos condicionantes, el Zaragoza se apresta a dirimir el tramo final de la competición. Antes del parón era claro que iba como un avión hacia Primera, invicto en este 2020 y con cinco puntos de renta sobre el tercero. Ahora, esta larga interrupción añade un elemento de incógnitas que Víctor confía en superar. “Hablar de porcentajes de lograr el ascenso no nos lleva a ningún sitio. Tenemos un sueño por lograr y esta será la energía para alcanzarlo. Los que luchan por una meta es porque han demostrado que tienen más talento y calidad que los demás y nosotros hemos sufrido muchas adversidades durante la temporada y las hemos superado poco a poco”, concluyó.