Para comprender de manera concluyente y con toda la claridad a este nuevo Real Zaragoza no hará falta dar con una Piedra de Rosetta que explique qué quiere Víctor Fernández, cómo, con qué modelo y por qué vías. Solo será preciso más tiempo. Más partidos, fuera y en casa, que la plantilla se cierre de manera definitiva y que el entrenador termine por descifrar el jeroglífico. El encuentro contra el Tenerife dejó algunas claves, aunque de una parte nunca se puede sacar una conclusión global.

En el debut en la Liga de este ilusionante proyecto, el Real Zaragoza perdió la posesión frente al Tenerife (38% frente al 62% del rival), un dato anómalo, que no comulga con el modo de entender el fútbol de Víctor y que puede ser circunstancial. O no. Lo que ya sabemos es que el técnico aragonés tiene a sus órdenes un grupo de jugadores mucho más polivalente que la campaña pasada y que puede desenvolverse con estilos diferentes.

Puede intentar lo que ha hecho durante toda su trayectoria deportiva: jugar a tener el balón, al toque, reuniendo a Eguaras, Kagawa, James y Soro. Puede apostar por gente con un estupendo despliegue, como Ros o Guti. Y hasta puede agruparse y buscar los espacios a la espalda de la defensa rival con futbolistas potentes y explosivos que corren muy bien al espacio, como Luis Suárez y Dwamena. O hacer una mezcla de todo ello. Las variantes se han multiplicado este año.