Llenó Víctor su discurso antes del partido ante el Elche de convencimiento en la victoria. «Todo es opinable, pero lo único incuestionable es que tenemos que ganar y que vamos a ganar», aseguró el técnico, que volvió a mirar al cúmulo de adversidades en forma de bajas, pero siempre con el convencimiento en la victoria: «Arriesgo en mi discurso y digo que vamos a ganar y a lo mejor en Elche piensan que soy un fantasma. Pero, con todas las adversidades que tenemos, lo digo porque lo pienso y lo siento».

El equipo arrastra una racha de tres derrotas consecutivas, pero Víctor mira al frente. «He visto muy buena predisposición al trabajo y esta semana no hemos tenido contratiempos, lo que ya es una muy buena noticia. Todo el mundo es consciente de que hay que romper esa dinámica negativa. Jugamos en casa y tenemos que hacernos fuertes aquí, porque somos el Real Zaragoza».

Con ese discurso es fácil adivinar el convencimiento en la salvación que tiene el técnico, pese a los cuatro puntos solo de renta que hay con el descenso, porque «soy muy optimista y estoy absolutamente convencido de que lo vamos a sacar, pero también de que va a ser costoso y duro. Ya dije este discurso hace cinco semanas, porque veo las posibilidades y las carencias del equipo. Esto a mí no me sorprende y los jugadores están avisados».

Las carencias de un Zaragoza que no domina ninguna de las dos áreas, ni la propia ni la ajena, son palmarias. «Tenemos problemas en nuestro funcionamiento y no menores, porque nos cuesta meter gol y hemos sufrido en la pelota parada ya que nos penalizan los errores de una forma agresiva y abusiva», aseguró Víctor, que recordó la altura de los rivales que ha tenido en estas cuatro últimas semanas el Zaragoza (Albacete, Osasuna o Granada): «Y nunca los hemos tenido con la corriente a favor. Sufrimos más contratiempos que nadie, en cada partido tengo que hacer cambios y, de hecho, sueño con poder repetir una alineación. Ahora el calendario es algo más benigno. En Segunda puedes ganar o perder con cualquiera pero no es lo mismo jugar contra el líder que contra el último».

Admitió que, de la época reciente, fue la derrota ante el Almería lo que más le dolió, aunque el arranque en Granada también le dejó mal sabor de boca: «Duele mucho llegar a los tres minutos y que te castiguen porque sales muy mal. Eso provoca cansancio. Hay que ser más fuertes, tener más tensión competitiva y estar más despiertos. Debemos buscar esos detalles con determinación. Para ganar necesitamos estar convencidos y veo al equipo convencido».

Aún incidió un poco más en ese convencimiento al asegurar de forma tajante que «no estamos en absoluto a la deriva y tenemos claro cómo afrontar la situación», y buscó en sus palabras la complicidad de La Romareda: «Puede ser que a algunos jugadores les desgaste la presión, pero a la larga siempre es positivo. Es un sueño jugar en ese estadio. Yo jugaría todos los partidos en casa. La Romareda es exigente pero nos está dando muchísimo y no sé si vamos a ser capaces de corresponder. La afición nos va a empujar y a ayudar seguro».

Además, el técnico calificó al Elche como un equipo con «una inercia positiva, con muy buena dinámica. Está en su momento caliente del curso y es un bloque sólido y disciplinado».

Tras este partido, el Zaragoza jugará tres lunes seguidos (Mallorca, Nástic y Cádiz), lo que causó el enfado del club: «A nivel organizativo del equipo, jugar de lunes a lunes no nos perjudica. Pero el Zaragoza vende y tiene más pinchazos que otros equipos y tendría que haber una contrapartida económica a nuestro favor. Hay que luchar por cambiar eso, porque es justo y entendible», concluyó Víctor.