La nueva normalidad, a veces, recuerda a la vieja, la que había antes del parón obligado por la pandemia. Ahora que el Real Zaragoza afrontaba con esperanza el final de temporada, ahora que el equipo aragonés recuperaba de nuevo la ilusión por jugar y afrontar el precioso objetivo del ascenso y ahora que solamente estaba Javi Ros en la enfermería, el destino ha querido que justo en la semana en la que regresa la competición el conjunto blanquillo tenga no uno, sino dos problemas en el lateral diestro. Uno más preocupante que otro, pero ambos suponen un quebradero de cabeza para Víctor Fernández de cara al Alcorcón.

La peor noticia es la nueva lesión muscular de Carlos Vigaray. El madrileño se tuvo que retirar del entrenamiento del pasado domingo con molestias en los isquiotibiales, unas dolencias que encendieron las alarmas ya que, desde el principio, no tenía pinta de ser una simple sobrecarga. El lateral fue sometido a pruebas y tiene una microrrotura que le mantendrá alejado de los terrenos de juego entre dos y tres semanas, en función de la cicatrización y la evolución.

Uno de los grandes problemas es, aparte del historial de lesiones musculares de Vigaray, que invitan a tomarse con cautela su recuperación, su importancia para Víctor Fernández y para el Real Zaragoza ya que es uno de los futbolistas más determinantes del conjunto aragonés y de Segunda. Es una baja muy sensible y más con el calendario que viene.

Su sustituto, con molestias

El comprimido final de la temporada por la situación sanitaria obliga a jugar cada 72 horas, aproximadamente. Es decir, que cada percance se magnifica. Dos semanas, en circunstancias normales, supondrían un par de partidos, pero el lateral se perderá, como mínimo, el reestreno del sábado ante el Alcorcón, la visita a Lugo y el trascendental duelo contra el Almería. Está por ver qué sucederá contra el Extremadura en Almendralejo y, después. llega el importantísimo derbi aragonés, que podría comprimir o separar la lucha por el ascenso.

En definitiva, Vigaray, en principio, estará casi con toda seguridad para los últimos cinco partidos, pero sin el rodaje necesario después de meses sin disputar un partido oficial por la pandemia. Un serio contratiempo para el decisivo tramo final del curso, el cuarto desde el comienzo de la temporada. Su primera lesión muscular fue contra el Lugo en La Romareda. Tras perderse dos encuentros, forzó para estar ante el líder, el Cádiz, pero duró 21 minutos sobre el césped. Por último, ante el Albacete volvió a romperse y se perdió cinco duelos. Desde entonces estaba bien, pero hasta ahora.

Y por si fuera poco, su sustituto natural, Julián Delmás, dio el susto ayer en el entrenamiento con el tobillo. El defensa de Monegrillo se retiró del entrenamiento con molestias y se sometió a algunas pruebas médicas, que descartaron que tenga un problema importante. Aunque estará entre algodones hasta el choque frente al Alcorcón, en principio su presencia no corre peligro y podrá ser de la partida, aunque será necesario ver cómo evoluciona la dolencia en su tobillo.

En caso de que Delmás no llegue o lo haga muy justo, Víctor Fernández tiene varias alternativas. Por un lado, echar mano de la cantera, con Alejandro Francés (que ya debutó en Socuéllamos, aunque en el perfil izquierdo), como principal alternativa. En caso de que opte por alguien más experimentado, Raúl Guti ha dispuesto este curso de minutos como lateral con un rendimiento notable y también es una opción a barajar.