Casi no he dormido y el regusto que me queda es muy amargo". Villa fue objeto de toda la atención mediática en la Ciudad Deportiva tras el póker de goles ante el Sevilla, pero evidenciaba su amargura por un empate final que oscureció una tarde extraordinaria, llena de eficacia goleadora. El Guaje atendió a varias entrevistas, además de una multitudinaria rueda de prensa, y posó para todas las fotos que se le pidieron, siempre con la amabilidad que le caracteriza, aunque en su cara se adivinaba con claridad la tristeza. Y es que de poco sirve ser el héroe individual si el resultado colectivo no acompaña en absoluto...

"La situación no está para pensar en que lo estoy haciendo bien, en esos cuatro tantos que hice o en los que llevo ahora. Puedo marcar muchos, pero si bajamos vamos a jugar todos en Segunda", aseguró el delantero asturiano, que fue mucho más tajante al señalar que "hubiera firmado no marcar y ganar por 1-0".

Más incluso que los cuatro goles, dos jugadas copan los pensamientos del ariete zaragocista. Tuvo dos contragolpes claros en el tiempo de descuento y pecó de individualista, sobre todo en el segundo de ellos con las manecillas del reloj a punto de llegar al final de la prolongación dictaminada por Megía Dávila. "Le he dado muchas vueltas y creo que me equivoqué. Si le pegó un patadón a la grada se habría acabado o, si me quedo tirado en el suelo, ellos tenían que haber echado la pelota fuera... Así es el fútbol y hay que aprender de estos errores para que no se repitan", explicó.

NUMEROS MAGNIFICOS Ese error cometido en la prolongación --todo el equipo además falló en la forma de afrontar esos minutos de descuento--, no puede empañar ni un segundo la gran actuación del ariete y mucho menos los extraordinarios números que colecciona en su debut en Primera. Diecisiete goles --más los cuatro en Copa-- le sitúan en la tercera posición, empatado con Salva, en la lucha por el Pichichi , donde sólo Ronaldo (24) y Mista (19) coleccionan más dianas en este curso.

Sin embargo, el Guaje , que es el único jugador de campo que ha disputado todos los partidos de Liga como titular y suma 3.614 minutos entre este torneo y la Copa, es más decisivo que cualquier otro goleador en España. El dato es evidente: ha marcado en la Liga el 42´5% de los tantos del Zaragoza, mientras que en esa hipotética clasificación le siguen Torres (Atlético, 39%), Salva (Málaga, 37,7%), Tamudo (Espanyol, 36,5%) y Ronaldo (Madrid, 35,8%). La ausencia de estos cuatro futbolistas en sus respectivos equipos es decisiva. En el Zaragoza, una posible baja de Villa, que hasta ahora no ha habido que lamentar, sería trágica.

Por eso, por esos números, el carácter ganador, su espíritu de lucha, su acreditado olfato goleador... Villa tiene motivos más que suficientes para cambiar ese gesto de tristeza por el de satisfacción. Eso sí, otra cosa es que la situación del Zaragoza no permita lucir con todo el esplendor su sensacional curso. "Ante el Sevilla sumamos un punto, pero nos sabe a derrota", repetía ayer machaconamente, sin poder eliminar la sensación amarga. Ese tanto de Carlitos le robó su tarde de mayor gloria, tapó su primer póker como profesional --en el Sporting de Gijón lo máximo que alcanzó fue un hat trick --, pero nadie puede quitarle ya el corazón de la grada y su merecida entrada en el Olimpo de los cracks de la Liga española en su debut en la élite.