El Lorca CF visitará este domingo La Romareda por primera vez en su historia. Lo hará en un momento de gran complejidad, puesto que el conjunto lorquino está siendo absorbido lentamente por el barro de la Segunda B. El fango les llega a la altura de las rodillas, puesto que ocupan la penúltima posición de la tabla. Este contexto negro hace que la oscuridad del descenso comience a apodere de la Ciudad del Sol, que ve cómo la permanencia se distancia hasta los 15 puntos.

El equipo de Fabri no sabe lo que es ganar desde el mes de noviembre. Por aquel entonces consiguió su última victoria en Liga en casa del Nástic de Tarragona. Desde entonces han protagonizado una caída libre de trece encuentros sin vislumbrar un triunfo. De hecho, el Lorca ha sumado únicamente dos puntos de los últimos 39 disputados. Una dinámica que le han convertido en el segundo equipo de la categoría y el peor, los números así lo garantizan, en cuanto se pone la indumentaria de visitante.

Partido trampa

Cinco puntos ha sumado la escuadra murciana lejos del Artés Carrasco. El que menos de toda la Segunda. Esta estadística negativa se produce por la gran cantidad de goles que habitúa a recibir en sus desplazamientos. Es el segundo equipo más goleado con 30 tantos en contra como visitante, solo superado por el Córdoba (33). Pese a sus pírricos números a domicilio consiguió romper las quinielas con un resultado inesperado al empatar a cero en su visita al Ramón de Carranza, donde el Cádiz habitúa a mostrar una imagen consistente. Esta suceso aislado magnífica la mística del partido trampa.

Este término forma parte del argot futbolístico. Lo improbable suele ser parte de este deporte, y más en una categoría tan igualada. Como ya ocurriera en la temporada 2010-11, cuando el Real Betis visitó El Toralín para enfrentarse a la Ponferradina. Los del Bierzo eran últimos y consiguieron empatarle al conjunto andaluz, que peleaba por el ascenso. Fue una sorpresa dentro de una Liga impredecible.

El Real Zaragoza tiene que sobrepasar esta trampa. Ser maduro, rebajar la euforia para no elevarse y dejar los pies sobre la tierra. El Lorca ha demostrado ser capaz de desactivar a equipos poderosos como el Cádiz o el Sporting. Con ambos empató a cero recientemente. Sobre el papel, el Lorca parece un rival propicio para lograr el triunfo, aunque en Segunda la teoría es un simple acercamiento a la realidad.