Todos los partidos en una competición de la regularidad valen igual, esos tres puntos en juego que el Real Zaragoza dirime en una previsible calurosa tarde de este sábado, de nuevo en una Romareda vacía más allá del vano intento que la megafonía supone, ante el Almería (19.30 horas. Vamos) en un partido ante un rival directísimo por subir implican mucho más que su valor a efectos numéricos. La sensación es que si es capaz de superar a los almerienses, terceros, y al Huesca, que es cuarto, el próximo 29 de junio habrá dado un paso gigantesco hacia la élite, ese anhelado retorno al mejor fútbol que el equipo no vive desde el 2013, tras siete años ya de pesada y negra travesía.

El vuelo ante el cuadro andaluz es, pues, decisivo. Están a 5 puntos de los zaragocistas, los mismos que tenían de renta los de Víctor Fernández antes de las dos jornadas que se han disputado de este nuevo y deslucido fútbol y que han registrado idénticos resultados para ambos, con una derrota en casa y una victoria viajera. El Zaragoza tropezó ante el Alcorcón porque no supo descifrar las claves de la postpandemia en el fútbol profesional y enmendó el fallo después en Lugo, con una imagen muy mejorada. El equipo zaragocista contaba antes del parón con el factor Romareda como clave para sellar el ascenso en las seis jornadas en su feudo que le restaban, pero esta nueva realidad ya ha dejado claro que la condición de local no es determinante. En 22 partidos en las dos jornadas disputadas solo ha habido cuatro triunfos caseros, con ocho empates y hasta 10 triunfos a domicilio.

Ese estreno en La Romareda ya le dejó claro a Víctor que, como su equipo va a tener que vivir sin el empuje de su gente para levantarle en los malos momentos, los partidos necesitan más intensidad y una velocidad mayor de la que tuvo ante el Alcorcón, donde además acabó por regalar el triunfo con hasta tres errores groseros. Ese tropiezo no se puede volver a repetir. Al final de Liga le quedan nueve citas, cinco de ellas en casa, las dos primeras ante los dos rivales directos por subir, ante los perseguidores. Y son victorias de más de tres puntos. De mucho más.

El Zaragoza ha visto además cómo se frenaba la espiral de lesiones que vivió antes del retorno y ante el Almería recupera a Cristian Álvarez en la portería tras cumplir sanción. El equipo también recobró en Lugo la pegada que exhibía antes del parón, pese a que Luis Suárez todavía no ha dibujado esa ferocidad que enamoró a La Romareda y engordó sus registros anotadores. También hay síntomas de debilidad defensiva, sobre todo en la zona central, y problemas en la salida de balón, pero en el Anxo Carro el Zaragoza ofreció otros destellos y se vio el protagonismo de jugadores como Kagawa, al que mejor le ha sentado el parón, Eguaras, Guti o la tremenda irrupción de Francés. Restan por sumarse individualidades al barco y otras por recuperar, sobre todo las de los lesionados Puado y Vigaray, pero en Lugo se tranquilizó a una afición que se temió lo peor con el golpe del conjunto alfarero, que fue tremendo.

Al fin y al cabo, si algo ha demostrado este equipo es una gran capacidad de recuperación y de superación de problemas durante todo el curso. Y eso lo mantiene. También llegó al parón con seis partidos sin perder en La Romareda, ante su gente, la que echó en falta ante el Alcorcón, donde se frenó esa racha que debe retomarse en forma de botín para que los zaragocistas, los que empujarán con ese aliento virtual con sus corazones desde sus casas o en los bares, oigan nítido el mensaje de un equipo que necesita ya volver a su sitio y que sabe que este es el año, que el objetivo no puede esperar una temporada más, donde las consecuencias económicas de seguir en Segunda serían terribles.

Así que el Zaragoza debe superar a un Almería fuerte como viajero, con 26 puntos y solo tres derrotas en 17 citas, aunque errático en su fútbol, que no convence a nadie. O a casi nadie. Tampoco a su propietario, el jeque Turki Al-Sheikh, que mantiene entre algodones su confianza en Guti, o Gutiérrez, como ahora pide que le llamen, que salvo cambio de planes acabará la temporada sin que le echen.

El exjugador del Madrid no ha puesto su sello a un equipo con muchos recursos, con 10 millones más de límite salarial que el Zaragoza pero con poco fútbol. Competición ha indultado a Aguza y a Jonathan Silva, tras sus amarillas ante Las Palmas en un partido donde los almerienses se quejaron de la actuación arbitral. Tiene la duda de Ibiza, y Maras apunta a ser su sustituto, recupera a Vada y a Petrovic, este último tras cumplir sanción, y cuenta con la baja de Lazo, clave en la banda. Aunque lo es aún más y sí estará Darwin Núñez, delantero con vuelo de Primera y con 13 goles marcados. Con esas armas y con la idea de que en La Romareda tienen un tren vital para pensar en el ascenso directo arriban. Su idea es recortar la renta que el Zaragoza tiene. La de los blanquillos, ampliarla y tomar un vuelo rumbo a Primera.

Alineaciones probables

Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Francés, El Yamiq, Atienza, Nieto; Raúl Guti, Eguaras, Soro, Kagawa, Burgui y Luis Suárez.

UD Almería: Fernando; Balliu, Costas, Maras, Martos; De la Hoz, Aguza; Corpas, Juan Muñoz, Fran Villalba o Appiah; y Darwin Núñez.

Arbitro: Ais Reig (Comité Valenciano).

Hora: 19.30 (Vamos)