El estreno liguero del Real Zaragoza fue descorazonador, demasiado, lleno de vulgaridad, repleto habría que decir más bien, no pasó del empate (2-2) ante un inocente rival, un Las Palmas plagado de juventud e ingenuidad que, sin embargo, tuvo más poso, el que le faltó a un equipo, el de Rubén Baraja, que alzó el telón dejando claro que está demasiado por hacer. En sus mejores momentos tuvo poco vuelo, en los malos fue un horror. Y lo mucho que queda por delante y que sea solo el estreno liguero no sirve de consuelo. O no debería.

Con dos ventajas tiradas a la basura tras dos regalos del rival, que de hecho se marcó el primer gol por medio de Clau Mendes, con la expulsión de Lemos en la segunda parte tras hacer el 2-1 Javi Ros, el Zaragoza no supo ganar, le faltó oficio y dejó crecer al enemigo en inferioridad hasta que un zapatazo de Edu Espiau puso las tablas, un punto más amargo que otra cosa, puro ricino.

No presenta buenas credenciales este Zaragoza, con problemas en las alas, pese a la mejoría de Chavarría tras el descanso, sin capacidad para gobernar la medular, con Eguaras para muy poca cosa, sin seguridad atrás y con poco fútbol. Baraja tampoco estuvo acertado en el estreno, ni en su planteamiento ni en el cambio de Narváez. Sin embargo, Mel sí acertó en sus relevos, Las Palmas ganó mordiente y el gol de Espiau hizo justicia. Con la expulsión de Nieto, al que el árbitro le regaló la primera amarilla de forma injusta, terminó por dejar claro que el empate era lo mejor que le podía pasar al Zaragoza. Y fue lo mejor.

Con el guion que ya había dejado entrever entre semana, con el 4-4-2, y con Vuckic como pareja de Narváez dejando los costados a Nick Buyla, más metido hacia dentro, y a Chavarría para intentar buscar la profundidad de los laterales salió el Zaragoza de Baraja ante este Las Palmas de aspecto juvenil sobre todo en su parte de ataque. Y lo cierto es que la puesta en escena de los zaragocistas fue buena, con más presión y con Narváez activo. Un remate del colombiano a centro de Vigaray y un buen disparo de Vuckic tras una jugada construida por Nieto y Chavarría parecieron ofrecer destellos de algo que parecía interesante.

Aún pareció aclarar más el panorama joven Clau, que se remató en propia puerta para adelantar al Zaragoza en un córner (m.18). Pero era un espejismo. Enorme además. Al ritmo siempre cansino de Eguaras y sin soluciones en las alas, el equipo se fue diluyendo ante un rival con muy pocos argumentos. Un error de Vigaray ante Pejiño y un disparo de este que atrapó Cristian fueron los avisos de un rival que apenas parecía nada y que ponía en problemas a este Zaragoza tan gris.

No tardó el equipo blanquillo en dispararse al pie, lo hizo tras un error de Eguaras que acabó en un córner sacado en corto con una nula presión que el disparo lejano de Lemos mandó a la red con Cristian Álvarez pudiendo hacer mucho más (m.23).

Tras el empate, el partido se diluyó del todo. El Zaragoza no era profundo en sus alas, donde Buyla iba a menos y Chavarría no despegaba, mientras que Vuckic estaba cada vez más ausente. Sin gobierno en la medular, el Zaragoza no podía ser más plano y ni la lucha de Narváez lo tapaba un poco. Un mal centro de Pejiño, que le buscaba de forma constante las cosquillas a Vigaray, y un remate de Narváez tras la única acción de mérito de Buyla trajeron el descanso, a donde también se llegó con la sensación de que en Iglesias Villanueva tampoco había un amigo, con un arbitraje sibilino en el reparto de faltas y tarjetas.

Sin cambios tras el descanso, el Zaragoza se encontró con un gol de Ros (m.49) tras un mal despeje a centro de Chavarría, de lo mejor en la segunda parte. Baraja quiso tener más balón con Adrián y jugando un 4-2-3-1 que no funcionó porque el madrileño no está para nada. De forma inexplicable, el Zaragoza fue a menos y ni siquiera la segunda amarilla de Lemos le levantó. Las Palmas cogió el mando del partido, debutó un más que perdido 'Toro' y Mel, con la entrada de Espiau, Araujo y Mesa, echó a los suyos hacia arriba, y encontró premio en un gran disparo de Espiau tras ganarle el balón a Vigaray y hacer la pared con Araujo (m.82). El empate penalizaba a un Zaragoza muy gris y triste, que ya se fue del todo a la lona con la segunda amarilla de Nieto para firmar unas tablas repletas de vulgaridad y que aumentan las sombras de un equipo muy verde.

Ficha técnica:

R. Zaragoza: Cristian Álvarez; Vigaray, Atienza, Guitián, Nieto; Jannick, Javi Ros (Raí, m.86), Eguaras, Chavarría; Narváez ('Toro' Fernández, m.77) y Vuckic (Adrián, m.59).

Las Palmas: Álvaro Valles; Álvaro Lemos, Álex Suárez, Aythami Artiles, Ale Díez; Sergio Ruiz; Rober (Sergio Araujo, m.80), Loiodice (Fabio González, m.80), Kirian (Maikel Mesa, m.73), Pejiño (Edu Espiau, m.80); y Clau (Benito Ramírez, m.73).

Goles: 1-0. M.18 Clau (propia puerta); 1-1. M.23. Lemos; 2-1. M.49. Javi Ros; 2-2. M.82. Edu Espiau.

Árbitro: Iglesias Villanueva (Comité Gallego). Expulsó por doble amonestación a Alvaro Lemos (m.70) por los visitantes y a Nieto (m.85) por el Real Zaragoza. Amonestó con tarjeta amarilla a los locales Javi Ros, Atienza, Adrián y Jannick y al visitante Maikel Mesa.

Incidencias: Partido correspondiente a la tercera jornada de Liga disputado en el estadio de La Romareda a puerta cerrada. Minuto de silencio por los abonados fallecidos la temporada pasada.