Vive Zaragoza fríos días y la matinal de este sábado no era una excepción, con muchas zonas de niebla por la ciudad. Pero, en La Romareda, antes del partido de entrenamiento, la niebla se levantó y lució un sol espléndido en medio del frío. El clima, en todo caso, no fue obstáculo para que unos 5.000 aficionados se pasaran a contemplar a sus ídolos, otra muestra de fidelidad extraordinaria, que revela este zaragocismo imparable que es el mejor baluarte de un club histórico y lleno de gloria y que ahora lucha por sobrevivir y por volver a Primera en su séptimo año en la oscuridad de Segunda. Muchos de esos seguidores fueron, como no podía ser de otra manera, niños, en un anticipado regalo de Reyes en una mañana donde se respiró felicidad y zaragocismo.

La cita era a las 12.00 horas y a esa hora salieron Víctor Fernández, el más aplaudido de largo, aunque también Cristian Álvarez recibió una sonora ovación, su cuerpo técnico y los futbolistas del primer equipo. Además, participaron los jugadores del Aragón Francés, que tiene muchos números para ser convocado ante el Sporting por su polivalencia en el lateral, Baselga y Ahmed y los juveniles Pablo Cortés y el meta Nicolás Rodríguez. No estuvieron en la sesión los lesionados, ni Luis Suárez, al que muchos echaron en falta y que trabaja al margen para llegar ante el Sporting, ni Lasure y Zapater.

Un ejercicio con balón en parejas y unas jugadas de centros y remates, donde Cristian levantó la primera gran ovación tras una gran parada, precedieron al partido, con dos partes de 20 minutos, que tampoco era cuestión de mucho más con el encuentro ante el Sporting a tres días vista.

Cristian, Vigaray, Guitián (baja por sanción el martes), Grippo, Francés, Guti, Ros. Papu, Kagawa, Álex Blanco y Baselga formaron de azul y, con peto naranja, lo hicieron Ratón, Delmás, Atienza, Clemente, Nieto, Eguaras, Bikoro, Soro, James, Puado y Linares. Mezcló Víctor a titulares y suplentes, aunque la zona ofensiva del equipo de peto naranja, con Soro, Puado y Linares, es reveladora si no llega a tiempo Luis Suárez. Soro y Papunashvili marcaron los goles, que se llevaron las ovaciones más estruendosas de un partido que finalizó 1-1 y en el que Ahmed y Pablo Cortés entraron en la segunda mitad.

«Acostumbrado a la Ciudad Deportiva que nunca hay nadie es bonito ver tanta gente disfrutar», decía Atienza al final de una mañana que terminó con reparto de balones a las gradas y con no pocos autógrafos y fotos al acabar y en la salida de los jugadores.