Pueden privar a los aficionados de acudir al estadio pero no de vivir en compañía la emoción de seguir y vibrar con tu equipo. Ayer, la ciudad se volcó con el Real Zaragoza. Eran tales las ganas de volver a ver el fútbol del corazón que algunos ya se pasaron los once partidos por alto. «Veremos al equipo en Primera División, van a ser once finales y confiamos en el grupo porque hay que creer», apuntaba un seguidor desde el complejo Torreluna.

Este espacio ha habilitado una pantalla gigante para que los seguidores puedan vivir los partidos a lo grande. «Algunos somos abonados y otros vamos cuando podemos, ya que no podemos ir a La Romareda, por lo menos vivirlo entre amigos, que lo vives un poco más que en casa», valoraban Alejandro, Diego, Diego e Iván, un grupo de amigos zaragocistas, aunque confiaron en regresar pronto al estadio. «Esperemos que pronto dejen ir, yo creo que con un espacio de dos metros se podrá. Al final el fútbol sigue porque es un negocio pero no es lo mismo vivirlo aquí que en el campo», lamentaba Diego.

Las peñas zaragocistas se convirtieron en centros de reunión de los aficionados que se volvían a ver después de tres meses y los bares hicieron de sus terrazas el graderío del nuevo fútbol. Especialmente las que rodean al campo municipal de La Romareda. «Nos hemos adaptado muy bien, teníamos un poco de incertidumbre sobre todo en los espacios cerrados la gente tiene un poco de respeto pero han respondido fantásticamente», aseguraba Luis Soler, el dueño del restaurante Rogelios.

Esta plaza acoge a los seguidores durante la previa de los partidos y en esta nueva normalidad no iba a ser menos. «Funciona todo con reserva, también para cenar. Hay gente joven, grupos de amigos, aficionados de toda la vida... ha venido mucha gente y, como siempre, podrán vivir aquí todos los partido del equipo», animaba Luis.

Ana y Paula son seguidoras zaragocistas desde bien pequeñas. Abonadas, no pudieron disfrutar el partido en el campo pero quisieron estar lo más cerca de su equipo. «Da rabia porque lo estamos viendo aquí y están jugando al lado pero hay que sobrellevarlo», asienten. Sabían que podían vivir el partido rodeadas de seguidores blanquillos y también de muchos nervios. «Ahora mismo hay que ser un valiente para ser del Zaragoza porque se pasa mucha tensión. Los partidos que quedan van a ser muy raros, como el resto de la normalidad, espero que los jugadores estén más motivados», concluyeron.