El Real Zaragoza solo ha conseguido marcar en tres de los seis partidos disputados hasta el momento. Lo hizo en la su estreno liguero (2-2) ante Las Palmas y en los dos siguientes partidos disputados en La Romareda ante el Albacete (1-0) y el Málaga (1-2). Ante el Sabadell fue el primer choque en el que el conjunto aragonés se quedó sin anotar en su feudo tras haberlo hecho ya en sus desplazamientos a Alcorcón (0-0 aunque la alineación indebida de los alfareros provocó un resultado de 0-3 para el Zaragoza) y en Leganés (1-0).

De este modo, el equipo de Baraja acumula ya dos encuentros consecutivos sin marcar un gol y solo ha sido capaz de anotar más de uno en el primer duelo de la temporada frente a Las Palmas.

Pero lo peor es la escasez de oportunidades. Porque el Zaragoza no se encuentra con el gol debido a su inoperancia ofensiva. No se trata de que se estén fallando ocasiones sino de que apenas se crean. La sequía es común a todos los partidos, incluido el de ayer ante el colista, cuyo portero apenas tuvo que intervenir. Como tampoco debió hacerlo Cuéllar tres días en Leganés.

Eso sí, Baraja parece concederle más importancia a los tres choques que su equipo acumula ya sin encajar. El Sabadell, al igual que sucediera anteriormente con Albacete y Alcorcón, no pudo perforar el marco defendido por un inspirado Cristian, que fue el mejor del Zaragoza y el artífice de que la escuadra blanquilla se quedara, al menos, con un punto. El objetivo es crecer desde atrás hacia adelante, sí, pero el equipo aragonés no para de involucionar. Y, desde luego, cada día está más lejos de tener identidad propia.