Después de pasar por varios equipos de Segunda B en España, al zaragozano Jorge Gotor le llegó una oferta del Erbil iraquí, uno de los clubs más potentes del país árabe, el pasado mes de diciembre. "Estuve seis meses sin problemas, el Kurdistán es una de las zonas más independientes de Iraq. Estuve tan bien que me ofrecieron renovar y decidí volver hace un mes", cuenta el futbolista. Las tres primeras semanas tampoco hubo problemas. Hasta que los yihadistas tomaron la presa de Mosul, a 90 kilómetros de Erbil, y Estados Unidos intervino --bombardeando-- para recuperarla. "En Erbil no pasaba nada, la vida seguía más o menos normal, los bombardeos eran a 20 o 30 kilómetros y la gente allí está acostumbrada", continúa Gotor.

No pasaba nada, pero los bombardeos se acercaban a la capital del kurdistán y los vuelos desde el aeropuerto de Erbil comenzaron a cancelarse. Gotor empezó a preocuparse por su seguridad. "No he pasado miedo, pero nunca se sabe lo que puede pasar", indica. Así que, lo primero, fue hablar con su club para buscar una salida. "Pedí una salida, al menos del país, a Estambul, que está cerca. Para ellos estas cosas son normales, así que no me querían dar el pasaporte para poder salir del país. Después les propuse rescindir el contrato y también se negaron", explica el jugador.

Ante la negativa del club, Gotor contactó con la embajada española y, posteriormente, con la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) en busca de una solución. "Me hicieron un pasaporte provisional y una persona de la embajada nos acompañó hasta el aeropuerto", relata. Tanto él como el preparador físico Alberto Martínez pudieron regresar finalmente a España el pasado viernes. "He tenido que salir casi a escondidas. La Liga está suspendida y no hay expectativas de que comience, pero sí se juega la Copa de Asia. Le dije al equipo que iba a viajar pero no me presenté".

Jorge Gotor continúa teniendo contrato en vigor con el Erbil hasta el 25 de enero. "Está en manos de los abogados de la AFE y están en contacto con la FIFA, espero que se pueda solucionar y pueda firmar por otro equipo, si no tendré que esperar hasta enero", dice Gotor, que apenas quiso informar a la familia de la situación. "Lo hablé con mis hermanos, pero a mis padres no se lo contaba para que no se preocuparan. Pero Erbil empezó a salir en el Telediario por los bombardeos, la cancelación de vuelos...", indica el futbolista, ya en casa.

Gotor ha vivido una experiencia diferente en Iraq. "La Primera División tiene cierto nivel y las instalaciones son buenas, como de un Segunda B español. Al estadio iban a vernos entre diez y quince mil personas y había buen ambiente", señala el futbolista. Otra cosa era fuera del estadio. "La vida es totalmente diferente, la cultura, las costumbres... Apenas tenía vida social. Vivía en un hotel que pagaba el club e íbamos del hotel al campo. También a algún centro comercial, de tiendas, pero era una vida un poco aburrida", concluye el aragonés.