- ¿Cómo afronta Calatayud el 2021 y qué retos se plantea?

- Vivimos circunstancias especiales desde marzo del 2020 por lo que frenar la propagación de la pandemia es el gran reto de Calatayud, así como de Aragón y España para este año. Esta situación ha impuesto un cortoplacismo y complica la planificación en el medio y largo plazo. La vacuna es la única solución actual y su llegada a los distintos segmentos de la población nos permitirá restablecer la normalidad, crear confianza y retomar la senda del crecimiento. Esperamos que las previsiones que traslada el Ministerio de Sanidad sean ciertas y podamos dar impulso a inversiones que generen riqueza e ilusión en Calatayud.

- El ayuntamiento aprobó un presupuesto para este año de 26.374.518 €. ¿Cuáles son los proyectos más importantes?

- Hemos aprobado unas cuentas expansivas que se incrementan en 2,4 millones de euros con respecto al año anterior y nos permitirán seguir apostando por inversiones estratégicas para la ciudad. Este año daremos un fuerte impulso a la adquisición de suelo industrial y la habilitación de terreno para la implantación o ampliación de empresas, seguimos apostando por inversiones urbanísticas prestando especial atención al casco histórico y la rehabilitación de patrimonio. Otra de las líneas principales son todas las actuaciones para las que hemos conseguido fondos europeos y que este año serán especialmente visibles en la ciudad. A ello se suma, como no puede ser de otro modo en las circunstancias actuales, el apoyo a los sectores más afectados por la crisis sanitaria y nuestro compromiso con el ámbito social, que constituye uno de los esfuerzos económicos más importantes de estas cuentas.

- La ampliación del polígono La Charluca sigue pendiente, ¿qué plazos previstos hay y cómo será la captación de nuevas empresas?

- La disponibilidad de más terrenos para las empresas está en nuestra agenda para este año y estamos trabajando en la creación de suelo industrial en distintas zonas de la ciudad. En cuanto a la ampliación de la Charluca está incluida dentro del Plan General de Ordenación Urbana y en la actualidad trabajamos con la CHE en la presentación de informes sectoriales y normativa relacionada con la inundabilidad de los terrenos. En ocasiones, estos trámites urbanísticos son más dilatados de lo que nos gustaría pero estamos haciendo todos los esfuerzos para que la ampliación de este polígono sea una realidad lo antes posible.

La ubicación estratégica de Calatayud y, en este caso, el desarrollo de un gran polígono industrial al pie de la autovía y con acceso a la Alta Velocidad dotan a la ciudad de un atractivo empresarial que debemos aprovechar. Sin duda, las nuevas infraestructuras industriales en las que trabajamos son determinantes para aportar valor añadido a la hora de recibir nuevas inversiones.

- ¿En qué consiste el proyecto de rehabilitación de la harinera?

- Hemos conseguido dos proyectos europeos con los que rehabilitar la harinera de La Merced, un edificio industrial de finales del siglo XIX. Por un lado, hemos recibido fondos Feder de la UE para la rehabilitación actual del edificio, y una vez adecuado, instalaremos una incubadora de alta tecnología en óptica y optometría. Este último es un proyecto pionero en Aragón que llevamos a cabo junto a la Fundación Incyde y permitirá el posicionamiento de Calatayud en este ámbito y la llegada de empresas innovadoras. Para la implantación de la incubadora ya contamos con una cartera de partners y colaboradores que acompañarán, formarán y orientarán a los emprendedores que se alojen en este centro, permitiéndoles desarrollar de forma adecuada su proyecto.

- Dentro del patrimonio cultural, ¿qué edificios se van a restaurar?

Estamos inmersos en la rehabilitación de la Colegiata de Santa María, la joya del patrimonio bilbilitano. Realizamos una inversión de 800.000€ que se suma al apoyo de Ministerio de Movilidad para alcanzar los 2,3 millones. Esta cantidad permitirá que, finalmente, la colegiata abra sus puertas en los primeros meses del 2022, lo que constituirá un hito para Calatayud. Somos ambiciosos en materia patrimonial y este año también vamos a actuar en los claustros de la colegiata, declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, con una inversión superior a los 140.000 € y aunando esfuerzos con el Instituto de Patrimonio Cultural y la Diputación de Zaragoza.

Por otro lado, seguimos apostando por el Conjunto Fortificado Islámico y destinaremos 90.000 € a hacer más accesible el Castillo de la Torremocha y facilitar las visitas turísticas. A ello se suman partidas para patrimonio mueble, como los históricos reposteros de Santa María o el lienzo de San Antonio.

- Han aprobado el Plan de Ayudas a la Regeneración y Renovación Urbana (ARRU) que permitirá la inversión de dos millones de euros en el casco antiguo. ¿Qué actuaciones van a cometer?

- Es un programa que ya hemos desarrollado en ocasiones anteriores y ha hecho posible la construcción y rehabilitación de viviendas en el casco histórico, con una financiación pública de hasta el 60%. La excelente acogida por parte los propietarios y promotores y los resultados que ha aportado al casco, nos han animado a solicitar nuevas ediciones al Gobierno de Aragón. En la actualidad, y tras la aprobación correspondiente de la Dirección General de Vivienda, hemos abierto la convocatoria para la recepción de solicitudes por parte de propietarios. Esperamos que estas ayudas hagan posible nuevas inversiones en nuestro casco histórico, revitalizándolo.

- ¿Cómo ha afectado la crisis sanitaria del covid-19 a Calatayud?

- La pandemia está siendo dolorosa en Calatayud, al igual que en el resto de lugares. Muchas personas han fallecido en soledad y muchas familias han sufrido el duelo en soledad. Las secuelas son palpables en todos los lugares y a todos los niveles. Desde locales comerciales cerrados, bares, restaurantes, ERTES y ERES... Son algunas de las consecuencias que ya ha tenido la pandemia. Todos deseamos salir de esta situación lo antes posible y que el sufrimiento de familias, comerciantes y empresas dé paso a un horizonte de salud y crecimiento económico.

- ¿Qué ayudas es van a destinar para reactivar la economía local?

Desde hace años apostamos, dentro de la disponibilidad económica, por incentivar cualquier proyecto empresarial que generara riqueza en el municipio. Esto es, apoyando la implantación de nuevas empresas e inversiones en las ya existentes. Este año, la situación ha sido compleja y hemos tenido que adaptar nuestro presupuesto a las necesidades para apoyar con nuevos programas a los colectivos y sectores más afectados. Pero para llegar a todos los sectores afectados, que son muchos, y hacerlo de manera adecuada y útil es precisa la coordinación de todas las administraciones. Unir esfuerzos para ser capaces de responder a las casuísticas que se van produciendo a medida que avanza la pandemia y cambian las restricciones.

- Respecto a la Ley de Estabilidad Presupuestaria, ¿qué supone para Calatayud tener la posibilidad de subir el techo de gasto?

- Venimos de unos años de políticas de estabilidad presupuestaria en las administraciones públicas, dirigidas por Europa y pactadas en España por el PSOE y el PP en la modificación del artículo 135 de la Constitución. El Gobierno que salió de las urnas en 2011 tuvo que emplearse a fondo para que España no fuera intervenida, pero esa situación ha cambiado en la actualidad. La crisis sanitaria ha obligado a modificar, por necesidad, la normativa económica en la UE y facilitar los endeudamientos. La situación a la que nos enfrentamos hace necesaria esta línea marcada por Europa pero seamos conscientes de que es dinero que antes o después tendremos que devolver.

- Calatayud ha vuelto a recibir un premio nacional por la excelencia presupuestaria en servicios sociales. ¿Cómo es ese reparto?

El área social ha sido protegida y especialmente cuidada en los últimos años y ello ha sido motivo de un reconocimiento nacional en varias ediciones. De algún modo, el galardón demuestra que siguen existiendo necesidades y debemos continuar trabajando para minimizarlas. Creo que el empleo es el mejor antídoto frente a las necesidades sociales. Mi compromiso es continuar ofreciendo unos servicios sociales excelentes, pero generando oportunidades para que las familias vulnerables dejen de serlo.