Un año le ha durado al Huesca el paso por Segunda y, esta vez, el ascenso llega con otros tintes muy diferentes al primero. Fue histórico (como este, por supuesto), pero ahora el club altoaragonés tiene unos cimientos mucho más sólidos, una base más fuerte, más masa social, un estadio preparado, remanente económico que se sumará a la millonaria inyección televisiva, una plantilla más hecha y experimentada… Se ve con otro aire.

El anterior ascenso no le pilló con el pie cambiado, pero sí con aspectos por pulir y mejorar. El Huesca nunca se había visto en la tesitura de adaptar un club entero a la élite porque nunca la había pisado, pero ahora ya posee experiencia, un aprendizaje que le debe servir para estabilizarse a nivel de club y, sobre todo, le puede permitir emular modelos de éxito como, por ejemplo, por mencionar uno, el del Eibar, que creció desde el saber estar y la humildad.

Una vez se confirmó el primer ascenso, el club azulgrana se puso inmediatamente manos a la obra para adaptarse a la categoría más allá de la propia confección de la plantilla, poco a poco y con cabeza. Una de las grandes obras que llevó a cabo fue la remodelación integral de El Alcoraz, que aumentó su aforo hasta los 7.800 espectadores tras una inversión de alrededor de 9 millones de euros. Y vendrán más.

Entre los numerosos cambios se hizo una fachada nueva, gradas nuevas cubiertas en los fondos norte y sur, otra enfrente de los banquillos, palcos VIP, un nuevo sistema de iluminación con torres fuera del estadio, mejoras para el trabajo de los medios de comunicación, los accesos y exteriores fueron ampliados y mejorados… Todo eso ya no es un quebradero de cabeza.

A nivel de estructura, el tirón en la ciudad y en la provincia fue muy notorio, como nunca antes, por lo que se crearon sinergias con administraciones, empresas y comercios. El club invirtió en comunicación y marketing y, gracias a sus contenidos y campañas, el equipo, la ciudad y la provincia llegaron a millones de personas.

También, como era normal, subió notablemente su masa social. Sumó 6.000 abonados, su récord histórico, y se benefició de la máxima categoría, que le permitió multiplicar sus ingresos a través del merchandising, un aumento que mucho tuvo que ver con la mudanza de las oficinas y la tienda a la Avenida Pirineos, más céntrica y cerca de los oscenses. Esa base ya la tiene el conjunto azulgrana, por lo que tendrá más tiempo, recursos e infraestructura para mejorar, seguir progresando y afianzarse, con más músculo económico pero, sobre todo, con más experiencia.