La reacción de raza que tuvo el Huesca en su visita a San Mamés del pasado lunes no ha pasado desapercibida en el fútbol español, que ha contemplado con admiración el impresionante arranque del conjunto altoaragonés en el año de su debut en Primera División. Las televisiones repitieron mil veces el voleón de Chimy Ávila que supuso el 2-2 en La Catedral y entre los más entendidos se ponderó la capacidad del cuadro de Leo Franco para aguantar de pie en un partido que tenía perdido a menos de 20 minutos del final. Los cambios del técnico, la rasmia, la fe y dos golazos dieron un punto de premio y han convertido al Huesca en uno de los focos de atención del arranque liguero, en el que el debutante es sexto en la clasificación con 4 puntos después de que en la primera jornada dejara también una gran sensación en su victoria en Eibar.

Después de la pretemporada, no se preveía un comienzo de campeonato tan positivo para un equipo como el altoaragonés. Con el segundo presupuesto más bajo de la categoría, en torno a los 50 millones de euros, ha sido capaz de sumar en sus dos primeras salidas haciendo bandera del lema que le acompaña: ‘Fieles siempre sin reblar’.

Nada más acabar el encuentro ante el Athletic, los hombres del argentino Leo Franco, que no se cansan de soñar y de seguir alcanzado objetivos, pusieron su punto de mira en el Camp Nou, su siguiente visita, este domingo, antes de estrenar la remodelación de El Alcoraz. Quieren seguir haciendo historia en un debut que tiene el mérito compartido pero en el que dos nombres han destacado: Álex Gallar, con dos goles en la primera jornada que valieron 3 puntos; y el argentino Chimy Ávila, cuyo espectacular disparo culminó la reacción de los oscenses frente al Athletic.

Por Gallar, que hace dos temporadas jugaba en la Cultural Leonesa en Segunda B, el club oscense pagó 400.000 euros. Debutó en Primera División ante el Eibar, y nada más comenzar el partido, en el minuto 4, se inventó una jugada por la banda derecha, dribló a tres adversarios y batió al portero del Eibar. Antes de acabar la primera parte, en un saque de falta directo, volvió a marcar. Fue el artífice del triunfo del Huesca en su estreno en Primera.

El pasado lunes, en el cierre de la segunda jornada ante un rival histórico como el Athletic Club, el Huesca volvió a cuajar un extraordinario partido en el que tomó el testigo Ávila. El Chimy se convirtió en el gran protagonista de su equipo en el cuarto de hora de juego que le concedió su compatriota Leo Franco después de que Miramón pusiese el marcador en 2-1 con un derechazo. En San Mamés, a pesar de no salir en el once inicial, al igual que en Eibar, el rosarino empalmó un espectacular disparo desde fuera del área que se coló por toda la escuadra de Unai Simón y poner al Huesca en la órbita del fútbol español.