«Después de pasar tantos meses en el gimnasio es un lujo poder hacer una semana completa sin molestias». Fueron las primeras palabras del centrocampista del Huesca, Cheick Doukouré, que completó su primera semana de entrenamientos al ritmo de sus compañeros tras un año apartado de los terrenos de juego debido a una rotura en el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda. «No puedo explicar la sensación que tengo a día de hoy, espero que sea una buena base para seguir trabajando y sumar para el futuro», añadió el marfileño.

El Huesca llegó a un acuerdo con el Levante para la cesión del africano durante las últimas horas del mercado estival. Desde entonces, Doukouré ha estado recuperándose en las instalaciones oscenses de la lesión que se produjo en febrero del año pasado contra el Real Madrid y a la espera de poder debutar con los azulgranas. «Trabajo muy duro para poder hacerlo y, después, cuando esté a punto como todos mis compañeros, estaré listo para dar el cien por cien. El Huesca me ha traído para esto y es lo que quiero hacer, dar todo para el equipo. El objetivo está ahí y lo tengo en mis manos», indicó el jugador oscense.

Como el resto de la plantilla, el mediocentro tendrá algunas semanas para recuperar la forma física y afrontar un final de campeonato de máxima exigencia. «Nos quedan once partidos y tendremos que dar el cien por cien, creo que tenemos equipo para hacer lo que queremos que es acabar lo más arriba posible. Serán partidos importantes y tendremos que estar muy concentrados, está claro que serán diferentes sin afición pero tenemos el objetivo en la cabeza», apuntó el marfileño.

No es el proceso de adaptación deseado, pero Doukouré también tendrá que aclimatarse a esta situación en la que los jugadores del Huesca ya se preparan para regresar a la alta competición. «Es muy especial, nos queremos tocar y abrazar pero hay que mantener la distancia, seguir las instrucciones y, si hacemos las cosas bien, pronto podremos jugar al fútbol», concluyó.