Axel Werner aterrizó en Huesca cedido por el Atlético de Madrid, con el propósito de adquirir esos minutos que se le resistían en la portería del Wanda Metropolitano. La sombra de Jan Oblak es muy alargada, y tenía muy complicado, por no decir imposible, coger experiencia en la capital para destronar al esloveno de los planteamientos del Cholo Simeone.

El arquero argentino fue el primero. Faltaba una pieza más para garantizar la competitividad bajo los palos. Leo Franco se lo recordó a la dirección deportiva, y el elegido fue el internacional serbio Aleksandar Jovanovic. No obstante, habría que esperar, como mínimo, un mes para poder verle de corto por culpa de una lesión en el sóleo de su pierna izquierda. Esta situación planteó escasas dudas, o ninguna, a Leo Franco. Werner sería el guardián de la portería azulgrana durante el arranque liguero mientras Jovanovic avanzaba en su proceso de recuperación.

El Huesca tuvo que lidiar la ilusión del debutante con un exigente calendario. Un hecho que fue clave para el devenir del equipo en las jornadas iniciales de campeonato. El guardameta argentino fue titular en los primeros seis partidos contra complicados rivales, como el Athletic de Bilbao, el Atlético de Madrid o el Barcelona. Quizá este factor contribuyó a que sus actuaciones pasasen desapercibidas. En los 540 minutos que ha defendido la meta oscense, Axel Werner ha encajado 16 goles. 12 de ellos llegaron dentro de los límites del área, mientras que los cuatro restantes se produjeron por disparos desde fuera. En total, un 75% de los tantos recibidos se convirtieron a escasos metros de la línea de gol.

A pesar de las dificultades para mantenar la puerta a cero, el arquero realizó paradas de mérito que, aunque no ayudaron a cosechar puntos, contribuyeron a que el luminoso no mostrase mayores diferencias. 17 blocajes en concreto, de los cuales el 76,5% fueron remates desde dentro del área.

Es cierto que el calendario no fue benévolo con los oscenses en ese aspecto. De hecho, la mitad de los tantos recibidos con Werner en la portería se produjeron en un partido, con aquel 8-2 del Barcelona en el Camp Nou. Pero el problema iba más allá. Estas cifras reflejaban que la culpa residía en los cimientos del equipo. Las sucesivas carencias defensivas acababan con el balón en el fondo de las mallas. Y, como consecuencia, la plantilla perdió confianza, ideas e ilusión en su juego partido tras partido.

MEJORíA RELEVANTE / La asuencia de mejora puso a Leo Franco en el punto de mira. Desesperado, buscó soluciones. Una de ellas fue Jovanovic, ya recuperado de su lesión. El portero serbio observó desde la portería el desplome del técnico argentino. Con Francisco, el equipo recobró la fe. El técnico almeriense rehizo la casa desde los cimientos. Jovanovic se convirtió en su guardameta referencia y dotó a la defensa de más efectivos para paliar las llegadas rivales. El nuevo planteamiento ha permitido apreciar mejores sensaciones en el juego. Sin embargo, en cuanto a goles recibidos, los azulgranas siguen presentando luces y sombras.

Con los mismos minutos disputados que Werner (540), Jovanovic ha encajado nueve tantos, siete desde que arrancó la era Francisco. La diferencia en el casillero se ha reducido con el serbio, pero no lo suficiente para evitar que el Huesca sea el único equipo de Primera que todavía no ha dejado el marcador a cero. Si bien los errores de la defensa acorralaron al portero en la mayoría de los tantos, el serbio solo ha realizado 10 paradas en los seis partidos que ha jugado, algunas fundamentales para animar a sus compañeros a pelear por los tres puntos. Sus estadísticas son mejores que las del argentino, y en esa faceta ha ayudado la mejoría de los azulgranas desde la llegada del nuevo entrenador. De momento, con igualdad de minutos para ambos, Jovanovic lleva ventaja para afincarse en la portería.