Francisco Rodríguez llega a la Sociedad Deportiva Huesca para evitar que el buque azulgrana se vaya a pique. El almeriense es uno de los técnicos más jóvenes del fútbol español. Empezó en los banquillos con 33 años dirigiendo al filial del Almería en Segunda B. Su buena actuación con los canteranos le permitió promocionar al primer equipo en la temporada 13-14. Fue su primer y último capítulo como entrenador en la máxima categoría. Hasta ahora.

Ayer el cuadro oscense hizo oficial su incorporación. Francisco regresa a la Primera División para intentar solventar las malas sensaciones que está desplegando el equipo altoaragonés en estos primeros meses del campeonato liguero.

A pesar de su corta trayectoria como entrenador, el almeriense ha dejado huella en muchos jugadores con los que ha trabajado. En especial, en el Almería. El exportero de la escuadra andaluza, Esteban Suárez, coincidió con él esa temporada. «Ese año experimentamos una gran evolución. La cercanía que tenía con los jugadores es su seña de identidad. Se volcaba mucho, especialmente con los veteranos del equipo, con el fin de que cada decisión fuese en beneficio del club», explica.

Francisco tiene una tarea complicada por delante. La primera misión del técnico será levantar la mermada moral de una plantilla que necesita reencontrar su mejor versión. Esteban ya sabe cuáles serán los pasos iniciales del nuevo técnico: «Estoy seguro de que lo primero que hará será analizar a sus nuevos jugadores. Y en función de lo que vea, implantará la forma de jugar que mejor se adapte a las cualidades futbolísticas de cada uno. Tiene un buen criterio a la hora de realizar eso», destaca. Una de las cualidades del nuevo entrenador azulgrana es que «entiende» a los jugadores. «Creo que puede jugar un buen papel en el Huesca. Escucha lo que le dice el vestuario y, en función de lo que le digan, actúa», apunta Esteban.

La escasez de ideas y la carencia de un estilo definido pasaron factura al Huesca frente a los rivales con los que compite por permanecer una temporada más en Primera División. El técnico deberá otorgar una identidad al conjunto oscense para el próximo compromiso liguero ante el Espanyol en casa, sin la posibilidad de incorporar refuerzos fieles a su estilo. «Él coge una plantilla que ya está hecha, y tendrá que adaptarse a lo que tiene. Por encima de todo, su idea siempre ha sido poder jugar siempre que se pueda. Tiene muy claro que el partido ha de disputarse más cerca de la portería rival que de la suya» Y, agrega, que siempre busca «alternativas» en función de «los factores que caracterizan cada partido, como la plantilla rival, de su juego o el estado del césped».

El periplo de Francisco en Primera finalizó con el Almería en la decimoséptima posición, salvado de los puestos rojos. Ahora tiene una nueva oportunidad para repetir esa hazaña y consagrarse en el banquillo de El Alcoraz. Esteban está convencido de que el cuadro oscense ha hecho «un gran fichaje» con su incorporación. «Está capacitado para la Primera División, ya lo demostró cuando nos dirigió a nosotros hace cinco años. Él tiene más experiencia en la máxima categoría que el Huesca, y eso les ayudará para intentar salvarse».

La directiva ya ha movido ficha para buscar esa reacción. Ahora Francisco y sus pupilos han de demostrarlo sobre el terreno de juego. Es el momento de que la plantilla, los verdaderos responsables del destino del equipo, y el nuevo cuerpo técnico encajen. «La permanencia no depende del entrenador. No es un mago. Los jugadores tienen que creer en él y mejorar», dice Esteban. Los próximos resultados juzgarán esta segunda parte de la aventura.