Ha sido de los últimos de todo el fútbol español en regresar a los entrenamientos, pero la Sociedad Deportiva Huesca ya está también en marcha. El equipo altoaragonés volvió a sentir la sensación de pisar sobre césped recién cortado y tocar balón este lunes en el IES Pirámide después de casi dos meses en el dique seco por el coronavirus, pero el conjunto de Míchel ya se ha puesto también manos a la obra para avanzar en la puesta a punto e ir a por el ascenso a Primera en el tramo final.

El Huesca ha tenido que esperar algunos días para poder ejercitarse. Las pruebas de detección del covid-19 tuvieron lugar el jueves, de los últimos equipos de Primera y Segunda, y hubo que esperar alrededor de 48 horas para los resultados, por lo que la entidad decidió dar comienzo a los entrenamientos individuales y bajo el protocolo de LaLiga este lunes por la mañana y se prolongarán esta semana hasta el viernes en horarios comprendidos entre las 9.00 y las 13.00 horas para cumplir con las medidas establecidas por la patronal. El sábado y el domingo la plantilla guardará fiesta.

De momento, esta semana, como se afanan en recordar en todos los equipos, son para ir cogiendo ritmo y evitar lesiones, por lo que el trabajo se realiza de forma muy escalonada, un planteamiento con el que está plenamente de acuerdo Jorge Pulido, capitán azulgrana: “Tengo la suerte de vivir en un adosado y tenía algo más de posibilidades en el patio de casa y después hemos podido salir a correr y hacer algo más de ejercicio, pero cuando te metes a un campo de fútbol es otra historia, hay que tener cuidado con las lesiones”, expuso el central.

El toledano también aseguró que tenía “muchas ganas de pisar el césped y tocar el balón”, así como de “seguir trabajando y ver cómo se va encontrando el cuerpo” después de casi dos meses haciendo ejercicio en casa. “Parece el primer de clase, estás nervioso por volver a ver a la gente y ver qué tal te vas encontrando”, resumió.

En estos primeros días, recalcó, “hay que intentar ir cogiendo ritmo para lesionarse lo menos posible”, e intuyó que “a finales de semana el míster empezará a trabajar cosas, aunque sean individuales”, pero volvió a insistir en que “hay que intentar acostumbrar el cuerpo a la actividad”.

Además, como otros tantos futbolistas y preparadores físicos, incidió en que este retorno al trabajo es muy diferente a una pretemporada estival: “Ahí estás a lo sumo un mes parado, pero de fútbol, no de la actividad física, porque no paras. Ahora llevamos muchos días sin poder salir a correr ni nada y hay que tener muchísimo cuidado”, dijo.

De cara al futuro más inmediato, Pulido confesó que va a ser “extraño, una sensación muy rara” volver a El Alcoraz pero a puerta cerrada y que el equipo ha vuelto bien porque es consciente del tremendo reto que queda por delante. “Somos de cuidarnos un montón, nos estamos jugando algo muy bonito como es el ascenso a Primera División. Lucharemos los once últimos partidos por lo que queríamos a principio de temporada y es una sensación difícil, pero hemos puesto de nuestra parte para llegar en las mejores condiciones”, concluyó.