El guardés de Respumoso amaneció con el refugio en blanco. La primera nevada había harinado las altas cumbres. Muy pronto el invierno asoma por nuestro Pirineo. Nieve que durará poco si no se aposenta con otra borrasca polar o sale mañana el sol del veranillo de San Miguel. Porque los copos, como los procesos, como este Huesca, no son flor de un día, necesitan su tiempo para enraizarse.

Si algo se aprendió en el paso por Primera es que no hay que desesperar si llegan las derrotas ni dejarlas pasar como si nada. Porque el traspié ante el Cádiz es únicamente un resultado, como el buen inicio en Villarreal. Lo que realmente cuenta ahora es aposentar ese proyecto, como ese manto de Respumoso, hacer que cale la idea de juego, apelmazar al grupo y agrandarlo con la adaptación de las incorporaciones. Ser paciente sabiendo tanto que el invierno y el torneo es largo como que si dejas de currar un día te verás aislado. Sumar sin ansiedades, ese es el objeto hoy en Valencia.

La presunción de víctima le viene ni que pintada al Huesca. Obviamente si contamos como válido el referente de Villarreal. Cerquita, algo más al norte, oliendo Mediterráneo, Míchel acertó de pleno al apretar el botón de la precaución. Asimilando las distancias competitivas, asumió un papel secundario, de cuidado defensivo, presión calculada y administración de los espacios para circular rápido cuando se recuperaba la pelota. Ceder la redonda no era un problema si se dificultaba el avance contrario y obtenían transiciones veloces y efectivas.

Ese sería el plan previsible en Mestalla. Aceptar al Valencia como protagonista, por presupuesto, historia y/o condición de propietario del estadio. Aunque la genética del vallecano es valiente, el método más productivo habilita este perfil menos arriesgado, ese que si se optó ante el Cádiz y el gol tempranero de Negredo distorsionó el relato imaginado.

En esta combinación habrá que esperar qué alineación decide Míchel. No se prevé ninguna revolución, porque la última derrota no enciende ninguna alarma, pero sí algún retoque más que cosmético por las bajas de Mikel Rico y Maffeo, al que suplirá el recuperado Pedro López. El debut de Siovas tendrá continuidad y la inclusión de Borja García es previsible. Como el cambio de roles en las bandas, donde Rafa Mir, encerrado en la derecha, no está encontrando comodidad. El fichaje de Javi Ontiveros, pese a la prontitud de su incorporación, añade otra dimensión en esa parte del césped. Gastón Silva ha entrado por primera vez en la convocatoria.

MAL RECUERDO / La memoria no trae placer cuando se nombra Mestalla. En el último partido del 2018 se sintió una punzada en la primera visita a Valencia. El gol de Piccini en el 93 privó de un empate. Encima la sentencia del descenso en un doloroso 2-6 en el Alcoraz tuvo verdugo che.

El Valencia ha dado una de cal y otra de arena a su afición tras ganar el derbi inaugural al Levante (4-2) y caer en Balaídos (2-1). En pretemporada acabaron invictos.

Las ventas de Ferrán López (Man City), Rodrigo (Leeds), Parejo y Coquelin (Villarreal) no han sido compensadas. El descuadre de fichajes ha provocado la protesta incluso de Javi Gracia, el nuevo entrenador, que hoy recupera a Gameiro. Racic apunta a titular y Diakhaby y Guillamón como pareja de centrales por las bajas de Paulista y Mangala, al igual que Cillessen, Cherishev y Soler.