Colista, el más goleado junto al Rayo Vallecano, sin ganar todavía en El Alcoraz, ante su gente, y sin hacerlo desde la primera jornada en toda la Liga… La travesía del Huesca en el cielo de Primera División no está siendo tan idílica ni preciosa como se presuponía desde un inicio. Un año para disfrutar sabiendo que se iba a sufrir. Pero todo en su justa medida.

Desde la llegada de Francisco el Huesca es más equipo. A la vista está la mejoría, su producción ofensiva, sus ganas de vencer y que la plantilla no está derrotada anímicamente. El equipo azulgrana genera peligro y le está faltando solo un puntito más para rematar la faena y lograr ese triunfo que tanto se resiste y que, a la vez, tanto se está mereciendo, sobre todo en su estadio.

Sin embargo, con la defensa no hay arreglo. Es cierto que le tiran menos, pero el equipo altoaragonés sigue encajando goles con extrema facilidad. La defensa tiene problemas desde el principio de la temporada y, quizá, es la línea que menos evolución positiva ha tenido desde la llegada de Francisco. La portería es uno de los focos más problemáticos de la entidad azulgrana. Ninguno de los tres porteros está respondiendo a las expectativas ni siendo diferencial.

Werner llegó cedido del Atlético de Madrid y tras haber jugado con el equipo rojiblanco tres partidos la pasada campaña, dos de ellos en la Europa League. Vino con la vitola de portero de presente y con un gran futuro, pero tras seis partidos de Liga, Leo Franco lo relegó al banquillo.

Su bagaje es pobre. Encajó 16 goles en sus primeros seis encuentros de Liga, siendo ocho de ellos del Barcelona en la tercera jornada. Retornó para los dos encuentros ante el Athletic, donde el Huesca suspendió con una nota cercana al cero. Cuatro en San Mamés, cuatro en El Alcoraz. Justo es reconocer que en aquellos dos duelos el equipo azulgrana desapareció y que el argentino quedó vendido, pero transmite inseguridad.

Así que era momento de alinear a la alternativa: Jovanovic. Internacional con Serbia, 26 años recién cumplidos y procedente del Aarhus de Dinamarca. Una apuesta quizá algo arriesgada, pero era necesario probarla. Se ha ganado algo en seguridad, pero el Huesca sigue encajando al menos un gol por partido y tampoco está siendo determinante. Lleva diez partidos y ha encajado 16 goles. Mejores números, pero insuficientes para vencer.

En algunos goles encajados ha podido hacer más, como por ejemplo en Valladolid. Ante el Villarreal falló en una parada sencilla y acabó cometiendo un penalti evitable. Demasiado premio para el equipo castellonense.

17 paradas llevaba Werner hasta que Leo Franco le mandó al banquillo y 22 suma Jovanovic, una cifra pobre. Al Huesca le llegan y le marcan más que al resto de la Primera División y eso, en la élite, se paga caro.

En el último partido fue convocado Roberto Santamaría, guardameta que llegó mediada la pasada campaña para sustituir a Ander Bardají, que se rompió el ligamento cruzado. Que juegue es una opción a valorar, aunque no ha jugado ningún partido en Primera. Francisco tiene mucho trabajo y la portería es un quebradero de cabeza.