El proceso de adaptación de un futbolista a un nuevo equipo es una situación que varía considerablemente dependiendo de las características de cada jugador. Juan Carlos Real no ha tardado en acostumbrarse al ecosistema de la Sociedad Deportiva Huesca y cada vez es más diferencial en los esquemas de Míchel. El fichaje del mediapunta gallego por dos temporadas con opción a otra más fue un golpe de efecto del conjunto oscense en el mercado de verano al arrebatárselo a otros clubs con quizás más renombre en esta Segunda División. Las jornadas pasan y Juan Carlos ya ha empezado a echarse al equipo azulgrana a su espalda para amortizar la fuerte apuesta del equipo altoaragonés este verano.

La paciencia ha sido el elemento clave en el constante crecimiento del mediapunta gallego. Mucho ha cambiado aquel Juan Carlos que se estrenó en la primera victoria oscense en la jornada inaugural frente a Las Palmas del que se exhibió este domingo ante el Elche. Parece que no encajaba, que Míchel no daba con la tecla para que los aficionados de El Alcoraz pudiesen disfrutar de aquel Juan Carlos que catapultó al Almería el año pasado anotando un total de diez goles.

Las diversas probatinas del técnico madrileño lo relegaron a pasar por el banquillo frente al Deportivo y Almería o incluso ver los partidos del Sporting y del Albacete desde la grada. Este toque de atención le sirvió a Juan Carlos para cambiar el chip y empezar a tener mucha más influencia en el juego oscense. La primera oportunidad le llegó ante el Extremadura cuando un gol suyo le dio el primer triunfo fuera de casa a los oscenses. Juan Carlos cocinó el tanto y se lo comió. Apertura al espacio a Sergio Gómez y un desmarque con cambio de ritmo para definir ante Casto. Sin embargo, no todo es trabajo ofensivo en el juego del gallego. Míchel le obliga a ponerse el mono de trabajo a la hora de presionar y su labor para robar la bola en campo contrario es esencial para luego iniciar el juego desde una posición más avanzada.

Controlar la velocidad es una de las mayores virtudes del mediapunta. El gallego sabe cuándo tiene que acelerar y cuándo ralentizar para buscarse los huecos entre líneas. El espacio creado cuando la defensa contraria retrocede y los mediocentros no llegan a tapar el hueco es el preferido por Juan Carlos. Así consiguió su tercer gol esta campaña este domingo. Dejó de correr para quedarse solo, recibir el pase de Galán y desenfundar un fuerte disparo con la izquierda.

Esta lectura del juego ofensivo le permiten ser indetectable. Además del Extremadura, Málaga, Elche y Lugo han sufrido en su propia piel la calidad técnica de Juan Carlos. La defensa malacitana solo pudo observar la ‘croqueta’ del mediapunta en la frontal para plantarse solo ante Munir y no fallar en la definición. Su llegada al área contraria no solo le sirve para sumar goles a su cuenta goleadora sino que ante el Elche ya abrió el cajón de las asistencias con un magnífico pase con el exterior ante cuatro defensas, que habilitó a Okazaki para abrir el marcador. Si su sociedad con el delantero nipón fructifica puede dar muchas alegrías al Huesca esta temporada.