Los goles del Huesca retumban lejos del Alcoraz. Se cantan en la camiseta que viste un niño en Boltaña, vibran en el orgullo de un abuelo emigrado en Barcelona, en ese hincha ajeno que no quiere su descenso o en ese fan que entra ansioso a la web desde Londres. La eclosión oscense en la élite del fútbol ha ido acompañada de la victoria de una marca con ideales autóctonos. Ese Fieles siempre sin reblar sintetiza el valor del trabajo y la humildad como santo y seña de un agricultor de Litera, un albañil en Ansó y ahora de todo jugador del Huesca.

Hace cuatro años el club decidió apostar en imagen. La contratación de Joaquín Aineto fue un impulso para crear un departamento de márketing que se uniera al ya existente de comunicación dirigido por Jara Echeverría. El primer ascenso reforzó este movimiento, ampliando en recursos, añadiendo el área digital y comercial y trazando un plan estratégico que ha ido fraguando gracias a la comunión con la agencia La Colmena.

La meta quedó orientada. Dejar de ser el equipo de una ciudad para ser el de una provincia. «Siempre intentamos ampliar el plano de una ciudad excesivamente pequeña para la categoría en la que nos movemos y arrastrarla hasta la provincia, lo que nos permite llegar a un mayor número de aficionados», razona Joaquín Aineto.

Este proceso se asienta en iniciativas rompedoras y originales. La punta de lanza son las campañas de abonados cuyo mensaje se extiende todo el año con cuidado en lo estético y también en el fondo. Si el anterior curso se incidió en la despoblación, en este se proyecta a Huesca como el lugar donde empieza la aventura.

Esta intención por la originalidad queda plasmada en los carteles que anuncian los partidos en casa. La temporada pasada además se contó con los diseños de los usuarios de Cadis Huesca, entidad que trabaja con distintas capacidades, en un gesto con la igualdad e integración. En este se da un giro a la implicación con la tierra. Se mostrará un espacio icónico de la provincia.

Esta línea se intensifica en el diseño de las equipaciones donde se remarcan símbolos de identidad oscense como la cruz de San Jorge sobre el azul y el grana en la titular, la topografía del Aneto bajo un manto nival de la reserva o el ajedrezado jaqués junto al escudo en relieve impreso en oro de la tercera. «Hemos querido darle una vuelta de tuerca para poner a toda la provincia en nuestra camiseta. Siempre buscamos dar un nuevo enfoque donde tradicionalmente no se hacía en el fútbol. Debemos aportar originalidad», indica Aineto.

Ruptura que se visualiza en ocupar formatos nuevos como los brazaletes de los desplazamientos, expresando un guiño al rival, que comenzó la temporada pasada y que en esta se ha ampliado a la cartelería. Por ejemplo, ante el Cádiz se homenajeó a Macarty, hincha gaditano fallecido, junto a la Cola de Caballo de Ordesa.

Trabajo en equipo

El proceso creativo corre por cuenta de La Colmena, una agencia de Huesca con profesionales de Huesca. «Trabajamos mucho la investigación. Miramos la cultura, historia, otros vínculos para hacer un homenaje al otro equipo que te acoge. Es una reseña a la humildad y al respeto que son dos de los valores implícitos del Huesca», indica Sara Palacino, socia de La Colmena. La colección de premios obtenidos (Agripina, Chupete y Smile) confirma el reconocimiento y calidad del márketing del Huesca.

El bombazo de la campaña Ponemos el corazón con el gancho de tatuarse el escudo del Huesca para ganar un abono, y una enorme trascendencia a nivel nacional, o la posterior Déjate la voz han afianzado una relación estrecha. «Al final, en La Colmena también nos sentimos identificados con los valores del club y el territorio. Eso hace que las ideas fluyan y nos impliquemos emocionalmente en el proyecto. Es un club pequeño entre comillas, porque es muy grande en valores», agrega Sara Palacino dentro de un grupo multidisciplnar de ocho profesionales.

La pandemia ha obligado a desarrollar soluciones digitales para llegar al aficionado confinado. En este sentido se ha creado el Fan Club, con distintos servicios y web propia para captar la atención no solo del abonado. «La respuesta esta siendo superior y ya contamos con 2.500 inscritos», narra Joaquín Aineto.

El Huesca innova en iniciativas como la próxima colaboración con empresas de aventura, el cuidado audiovisual, la cercanía con su público. «El seguimiento ha crecido de forma exponencial. Somos vistos como un club humilde que cae simpático y sabe sacar campañas originales», concluye Aineto.