Míchel Sánchez todavía cuenta con crédito en el Huesca, pero este podría agotarse pronto. La nefasta racha del equipo azulgrana, que es el único de la categoría que no conoce la victoria tras haberse disputado once encuentros, amenaza seriamente la continuidad en el cargo del madrileño, cuyo futuro en el banquillo tendría un margen máximo de dos citas más.

De hecho, una derrota el próximo domingo en Granada podría ser definitiva, si bien la entidad oscense pretende que ese margen de confianza hacia el entrenador perdure una semana más, hasta el compromiso en El Alcoraz contra el Alavés. Ese duelo, que se disputará el sábado 12, sería la última oportunidad para Míchel en caso de que el Huesca no gane en Granada el próximo domingo, aunque la derrota en tierras andaluzas podría ser determinante.

El Huesca ya es colista de Primera división en solitario después de la victoria lograda ayer por el Celta en su feudo ante el Granada, lo que deja a los aragoneses en el último puesto de la tabla clasificatoria con solo 7 puntos, producto de otros tantos empates. El Levante, penúltimo, cuenta con un punto más y un partido menos, mientras que Celta, Eibar y Valladolid tienen tres puntos más que el equipo altoaragonés, aunque los de Mendilibar juegan hoy en Cádiz.

De Míchel se sigue valorando el buen juego y el carácter competitivo de un Huesca cuyo rendimiento sobre el terreno de juego es muy superior a su bagaje de resultados. Sin embargo, la primera victoria no puede demorarse más para un equipo que el pasado sábado volvió a mostrar seriedad y solidez ante el Sevilla, pero que acabó sucumbiendo tras un gol en el tramo final del choque.

De este modo, el Huesca continúa apelando a la paciencia como la mejor solución para salir de esta. La confianza en el cuerpo técnico se mantiene, pero no podrá ir mucho más allá si el triunfo continúa sin llegar. Por eso, los dos próximos compromisos ante Granada y Alavés son decisivos. Si el Huesca sale vivo de Los Cármenes, el técnico seguirá seguro, pero, si el choque se salda con otra derrota, la continuidad de Míchel no estará garantizada, a pesar de que la intención es que siga ocupando el banquillo hasta la visita del Alavés, un rival directo.