Una y otra vez repitió tras el partido Míchel que «hay que buscar soluciones», pero el camino para lograrlas, según el club, era destituirlo. Estuvo muy sereno pese a saber que solo quedaba la ejecución del jaque mate sobre su puesto como entrenador del Huesca, una determinación oficial que llegó pocos minutos después de la rueda de prensa del preparador madrileño. Estaba ya sentenciado.

«Me preocupa la derrota. Sobre mi futuro vivimos de los resultados y como no depende de mí… En lo único que puedo pensar es en cómo buscar soluciones», dijo. «A seguir trabajando y buscar soluciones, es lo único que depende de este cuerpo técnico. Lo importante es el club», puntualizó.

Incidió el madrileño en que «la plantilla está haciendo un esfuerzo espectacular y nosotros tenemos que buscar soluciones y lo estamos intentando», y también opinó que «no hay que buscar culpables, hay que buscar soluciones». «Tenemos fuerza, pero sé que los resultados dictan sentencia», dijo antes de dejar claro que «es una responsabilidad de todos y el máximo soy yo como entrenador, lo asumo».

Sobre el paso atrás en la lucha por la permanencia, Míchel reconoció que la situación es delicada, pero no definitiva: «Queda toda la segunda vuelta y un partido, pero pensábamos en 18 o 20 puntos y no en 12. Hay que hacer un esfuerzo mucho más grande. La losa es grande, pero no está todo acabado ni mucho menos». Sin embargo, pese a sus palabras, el Huesca tenía la decisión tomada y Míchel ya no es el técnico azulgrana.