Hace unas semanas, el alcalde de Vigo parecía que era de Bilbao. Ni corto ni perezoso, retó a Nueva York, Londres y Tokio a rivalizar con su apuesta navideña. Más de nueve millones de lucecitas LED se han encendido para hacer de este puerto del Atlántico una ciudad iluminada y vista desde la estratosfera. Persiguiendo este brillo, pero bien apagado justamente por unos que sí son del centro de Bilbao, no creemos que a los jugadores del Huesca les quede mucho tiempo libre ni ganas de comprobar in situ la bravuconada de Abel Caballero. Sí sabemos que la intención del viaje a Finisterra tendrá el mismo objetivo que deambula como Santa Compaña en penitencia desde hace ya tres meses. La victoria es la única meta de los hombres de Francisco, que ven cómo sus rivales por la permanencia se van escapando y ellos siguen a cola del pelotón.

Cruce de sensaciones se entremezclan en esta previa de partido que amanecerá con luz natural y calendario de fútbol escolar (13.00 horas, BeIN LaLiga). A la hora de comer española, a la hora de cenar asiática, se han citado Celta y Huesca en un duelo con aires de emergencia para los altoaragoneses y de alarma para los gallegos. Más si cabe para los oscenses tras el varapalo cosechado en San Mamés, aunque Francisco y los jugadores hayan quitado peso al contagio que esto puede suponer. El 4-0 del pasado miércoles, sirviendo la excusa de que la Copa no es una competición preferente o que en el once había poco ritmo con jugadores de la segunda unidad, ha reducido ese ánimo que ha ido atesorando el grupo desde el desembarco del técnico almeriense. La mejora del juego, aunque no de resultados, se ha visto paralizada por este sonoro traspié que pretende no repetirse en Galicia dado que volverán al once los jugadores con vitola de titulares

La temporada para el Huesca sigue teniendo banda sonora de los ochenta, esa época en la que la Movida no solo se instaló en Malasaña, también en los barrios portuarios de Vigo. Evitar más golpes bajos para no concluir una temporada en siniestro total sería un largo pero buen titular para encarar una oportunidad que de nuevo se viste de final. El Celta, decimoquinto con catorce puntos, quiere la victoria para acelerar y evadirse de los peligrosos puestos en los que ahora duermen Rayo, Athletic, Leganés y Villarreal. Todo ellos, menos los madrileños que jugaron ayer en casa ante el Eibar, tienen desplazamientos en esta jornada. Firmar un triunfo a domicilio y ante un rival al que se metería en la pomada, sería una buena palmadita de ánimo para el Huesca antes de recibir al imperial Real Madrid en El Alcoraz.

BAJAS // Gracias a que el comité anuló una de las dos amarillas que vio Chimy Ávila ante el Levante -la segunda tarjeta que le quitan esta temporada al argentino-, el delantero viajó ayer hasta Vigo. No lo hizo Gonzalo Melero, que sigue con su lento proceso de recuperación de la pubalgia, y del central Rubén Semedo, que en la Copa se destrozó el tobillo (subluxación) y estará en el dique seco varias semanas. Estas circunstancias y el mal encuentro de los suplentes auguran que Francisco retornará al plan que en Levante (4-1-4-1) le dio buenos réditos en cuanto a dominio y ocasiones. La entrada de Rivera junto a Musto y Moi ha dado oxígeno al centro del campo, al igual que recuperar a Etxeita como líder de la zaga puede ser un acierto a largo plazo. El buen momento de David Ferreiro es otra de las buenas noticias para un jugador con el aliciente de jugar en su Galicia natal.

El Celta de Vigo se ha ido hundiendo en la tabla después de estar todo el mes de noviembre sin vencer y sumar un empate en los últimos tres partidos. Este balance ha provocado la destitución del entrenador argentino Antonio Mohamed, que ha salido sin morderse la lengua («En el Celta no hubo química ni con los jugadores ni con la directiva») y la llegada del portugués Miguel Cardoso, que debutó el pasado lunes cayendo en Anoeta (2-1). El cuadro celeste se ha mostrado irregular ante sus aficionados: dos victorias (Atlético de Madrid y Eibar) y dos derrotas (Alavés y Real Madrid), añadiendo tres empates (Espanyol, Valladolid y Getafe).

El delantero Iago Aspas sigue siendo el estandarte de un grupo que ha estrenado un nuevo internacional con la Roja en la figura de Brais Mendez. O Principe das Bateas forma una de las duplas de delanteros más letales con el uruguayo Maxi Gómez (15 goles entre ambos) y será el gran peligro para la endeble zaga oscense. La base defensiva que configuran Hugo Mallo y Cabral, que vuelven a la alineación tras sanción, ha perdido consistencia tras varias campañas de fútbol ofensivo y coqueteo con Europa. La zaga viguesa es la tercera más agujereada de La Liga, solo empeorada por Huesca y Rayo. El exrayista Fran Beltrán (internacional sub21) y el centrocampista eslovaco Lobotka, dos de los fichajes veraniegos que más están jugando, son duda para el partido de hoy.