Terminó el partido contra el Real Valladolid, la segunda victoria de la temporada y el partido más convincente de largo de la Sociedad Deportiva Huesca, y Pacheta, cuando fue cuestionado sobre qué había cambiado en el equipo, que pareció otro en Pucela, fue muy cristalino: «Hemos intentado que el jugador crea». Eso por encima de cualquier variante táctica o cualquier apuesta por un futbolista u otro.

Pese a su poca experiencia en la élite, Pacheta era uno de los entrenadores más cotizados del mercado, principalmente por su buen hacer en el Elche. Pero también daba muchos puntos para ser elegido su forma de ser y de trabajar. Es un motivador nato, una persona que logra llegar al jugador con sus palabras y que, además, maximiza los recursos que tiene. Pero su influencia va más allá de las simples palabras, porque en estos tres partidos del burgalés al frente del conjunto altoaragonés se ha visto una evolución con tendencia ascendente, que ha ido paso a paso, y que ahora necesita confirmarse en el medio plazo.

El cambio más evidente sobre el terreno de juego es la decidida apuesta por el sistema con tres centrales y dos carrileros de perfil muy ofensivo, con recorrido, profundidad y veneno en ataque como Javi Galán y Pablo Maffeo. Pulido, Siovas y Gastón Silva, los centrales, le han dado al equipo solidez, presencia física y fortaleza en acciones en las que el Huesca no era contundente.

Y los resultados son patentes, ya que Pacheta ha conseguido frenar la sangría defensiva. En Getafe encajó tras un fallo defensivo en un error en cadena, después secó al Villarreal y en Pucela solo un gol al final impidió mantener la meta a cero. Ese ha sido el gran objetivo del burgalés desde su llegada, cerrar la portería propia junto a hacer creer a los suyos.

Protagonismo variable

Y el siguiente paso era ser más agresivos en ataque, porque los números eran insostenibles. En el 2021 todavía no había conseguido ver puerta, Pacheta avisó en la previa ante el Valladolid que se iba a ver otra versión ofensivo, cumplió y se tuvo el acierto que tantas veces fue esquivo en anteriores partidos.

Pero también ha habido variaciones con el sello de Pacheta sobre jugadores. Quizá el caso más evidente es el de Doumbia, que ha pasado de tener una aparición testimonial a sumar 165 minutos en los dos últimos encuentros, aunque habrá que ver su participación una vez regrese Mosquera. Un caso similar es el de Gastón Silva cuando vuelva Insua. Por su parte, Escriche ha sido titular en dos de los tres duelos con el burgalés al frente y en el José Zorrilla disputó 36 minutos. Y otro jugador que se está asentando en el once inicial es Jaime Seoane, que ha sumado pleno de minutos con Pacheta.

Por el contrario, otros futbolistas han visto reducida su cuota de minutos. Borja García ha perdido la condición de indiscutible que tenía con Míchel y apenas ha participado en 14 minutos en los últimos tres duelos y Ferreiro suma 94 minutos con Pacheta. Un nuevo Huesca.