El Huesca está cara a cara con el momento más importante de la temporada. Este viernes (21.00 horas) ante el Numancia se jugará más que tres puntos en el estadio de El Alcoraz. Una victoria supone depender de sí mismo para la final que le espera en la última jornada. Eso si los resultados no le son favorables, ya que una derrota del Almería y otra o un empate del Zaragoza pueden poner al equipo en Primera División, para lo que la ciudad de Huesca y el club han lanzado un llamamiento a la afición para mantener la calma en la posible celebración.

Al otro lado el Numancia, con el agua al cuello desde que terminase el confinamiento, el equipo castellanoleonés necesita los tres puntos para seguir luchando un año más por la permanencia. Se avecina un partido de ambición y obligación.

Pero el Huesca no puede ser el que saltó al Sardinero. Inoperante y carente de juego, al Racing le bastó un punto más de intensidad para sacarle del partido. Debe volver el centro del campo, debe regresar la firmeza de Mosquera y Mikel Rico, la defensa férrea de Pulido y Josué Sá, la velocidad en los costados de Galán y Pedro López y la seguridad en la portería. Mención especial para los delanteros azulgranas, Shinji Okazaki y Rafa Mir, que juntos han elevado a la plantilla hasta la segunda posición y Míchel tendrá que escoger, el japonés, el murciano o la combinación de ambos.

Debe volver El Alcoraz, bastión de los altoaragoneses durante toda la temporada donde han atado 45 de los 64 puntos obtenidos. Desde que se reiniciara la competición, el equipo ha tenido que sudar para sacar adelante los partidos. Lo ha hecho sin el aliento de su público, que emanaba desde las gradas para amedrentar a un rival tras otro que llegaba a los pies del Pirineo.

Debe volver el técnico, Míchel Sánchez, que llegó a la ciudad del Huesca con una promesa: devolver al conjunto aragonés a Primera División. Está a un paso de conseguirlo y no puede echarse atrás. El entrenador ha tenido cinco días de descanso para preparar, estudiar y desmenuzar a su rival, por lo que la salida al terreno de juego tiene que ser voraz y manifiesta desde el primer momento.

El Numancia ha sido una montaña rusa desde que arrancara el campeonato. Castigado por la monotonía de la Segunda División, entró en la temporada destemplado y el castillo de naipes se cayó tras el confinamiento. Desesperados, los numantinos han recuperado la ilusión de permanecer un año más en la categoría de plata con una victoria en los últimos minutos ante la Ponferradina. Esto convierte a los sorianos en un conjunto peligroso, que tiene mucho que jugarse en tierras oscenses.

Las gradas vacías será lo único desangelado de un partido vibrante, un lugar común en las últimas jornadas. El club, por medio de un comunicado en su página web, envió un mensaje especial a los aficionados para mantener la calma en caso de ascenso del conjunto aragonés. Ya se han visto imágenes indeseables en celebraciones de eventos deportivos que han traído consecuencias negativas con respecto a la pandemia. La comunidad, que sufre durante estos días una oleada fuerte de contagios, no puede permitirse una desatención de los ciudadanos, que deben asumir con responsabilidad el comportamiento que se espera de ellos.

Entre medio de todo esto, un partido de fútbol, que se resume en ser mejor que el contrario. El Huesca tiene armas para desarbolar el entramado defensivo que propondrá el Numancia. Los sorianos saben que no pueden desaprovechar sus oportunidades y, ya abonados a las victorias en los últimos minutos, no sería conveniente darlos por muertos. Puede ser una ocasión imperdonable para grabar a fuego los nombres de esta plantilla en la historia del conjunto azulgrana.

MÍCHEL, CONVENCIDO // El técnico del Huesca, Míchel Sánchez, se mostró confiado con la versión que dará el equipo ante el Numancia. «La actitud de la gente es muy buena, y vamos a afrontarlo como una final. Nos quedan dos partidos y dependemos de nosotros mismos. Hay que luchar para sacar nuestra mejor versión. La plantilla está haciendo un año espectacular y quieren hacer historia, y eso se hace subiendo a Primera División», subrayó el entrenador.

El equipo tiene ser él mismo, y eso depende de cada uno de los jugadores de la plantilla, que han remado para llegar hasta aquí. «Vamos segundos y yo le doy mucho valor a ello. La igualdad de las plantillas es grandísima, la mía ha hecho una temporada espectacular. Viendo las dificultades, sería para darle todavía más valor», añadió. Es el momento de estar concentrados. «Hay que pensar que la afición está detrás nuestro, porque verdaderamente lo están», concluyó el técnico. «Queremos cerrar este año con un ascenso que sería histórico»