Ser de Primera te pone en el mapa. La expansión del Huesca no solo se limita a una tabla. Reside en un trozo de tierra que se agranda. Del Alcoraz a la provincia, a Aragón, a España, a Europa. Su impacto deportivo ha supuesto la creación de las primeras peñas internacionales. Reino Unido, Lima, Malta, Miami y Japón disponen de embajada con olor a albahaca en un aroma de la simpatía que esparce un club peleón por un planeta con forma de pelota de fútbol.

Emilio José Tolosana podría ser el protagonista de Oscenses por el Mundo. Hace seis años que trasladó su vida a Perú y en la maleta metió su amor por el Huesca. La tierra tira y junta cuando estás en la diáspora, así que al toparse en su camino con Eduardo Planas y Chus, otra pareja del país, decidieron crear la peña. En la Navidad del 2019 se reunieron con la entidad y en marzo del 2020 la fundaron. Rubricaron el acuerdo con una paella poco antes de caer en el confinamiento. Son unos 40, con cinco oscenses, zaragozanos, otros españoles, peruanos y argentinos. «Desafortunadamente solo nos hemos podido reunir el día de la inauguración, pero tenemos muchas ganas de que esto acabe y poder juntarnos, hacer alguna acción social junto a nuestros amigos del Alianza de Lima y dar a conocer a nuestra tierra por aquí», indica Emilio, amigo personal de mitos como Edu Roldán o Sorribas. Están hermanados con la peña Comando Sur del Alianza y tienen su sede en un bar español en Miraflores.

Huesca se empieza a conocer en el Perú por el fútbol. O en Colombia, donde a Emilio le paran cuando le ven con la camiseta y le preguntan por el Cucho. La presencia de Advíncula (Rayo) o Tapia (Celta) hace que se siga LaLiga con atención. «Si el Huesca fichara a un peruano sería toda una locura aquí», indica Emilio, que como curiosidad de filialidad apunta que, como en el Alto Aragón, en la tierra de los Incas dicen tajador al sacapuntas.

¡Viva San Lawrenz!

¿Qué hacen cincuenta malteses animando al Huesca? Parece una cuestión religiosa. Y lo es. El amor compartido por San Lorenzo enlaza esta historia. De Vittoriosa es Luca. Y en Vittoriosa, cada 10 de agosto, se grita ¡Viva San Lawrenz! Esa devoción removió la curiosidad de visitar ese otro lugar en España donde sabía que compartían patrón. «En 2017 visité por primera vez Huesca y fui a la Basílica. Ahí contacté con el club y a principios del 2020, junto antes de la pandemia, volvimos a viajar», recuerda Luca Lorenzo, artífice de la unión lorenzana. El pasado 13 de noviembre anunció en directo en el programa de fútbol más importante de Malta la fundación de la peña. Solo el Madrid y el Barcelona tienen grupo de seguidores oficial en el estado insular del Mediterráneo.

Casi todos son de Vittoriosa o de Lawrenz, una pequeña localidad de la bella isla de Gozo, donde, obviamente, también San Lorenzo es su estandarte. Por eso llevaron al Alcoraz su imagen en forma de tapiz como obsequio en su visita en el 2020 y desde entonces protege la salida de los jugadores en el vestuario local.

La pena es que el covid les ha impedido reunirse, como es su deseo, aunque ya tienen reservado el Palazzo Huesca para la primera ocasión que puedan juntarse para disfrutar de un partido en directo. «Tenemos la intención de volver al Alcoraz cuando termine esto, que va a ser pronto», dice Luca Lorenzo. Su afición le llevó a viajar al Camp Nou para ver en directo al Huesca en la anterior visita en Primera o a filmar un documental donde recoge esta historia y la relación de San Lorenzo con otros lugares del planeta.

Más fácil parece la conexión entre Japón y el Huesca. Okazaki, claro. Pero no. Es otro jugador quien provocó el efecto del nacimiento de la Peña Nippon SD Huesca. La pasión por Pedro Mosquera de un aficionado japonés promovió este enlace con el Lejano Oriente. Koichi puso en marcha este grupo con especial devoción por el centrocampista gallego. Desde Kyoto viajó en diciembre del 2019 para ver un partido ante la Ponferradina y poder coincidir con su ídolo, al que sigue desde su etapa en el filial del Real Madrid. «Tiene un juego muy elegante. Me encanta su pase largo. Y es una persona muy amable», chapurreó en un entendible castellano en el documental que el club grabó durante su visita.

El Chimy Ávila es capaz de todo. En Huesca lo saben bien. Hasta de hacer que un argentino afincado en Miami se aficione al equipo altoaragonés. «Un amigo de Los Ángeles nos comentó que el Chimy la estaba rompiendo en España. Fue entonces cuando empecé a seguir al Huesca y luego, en un viaje de vacaciones a Barcelona, coincidimos con un oscense y activamos la idea de hacer una peña», dice Javier Maudet, cuya pasión por el fútbol y por River Plate le ha hecho viajar por medio mundo. «El Huesca es ahora mi equipo de Europa. Me muero por ir al estadio y visitar la ciudad», indica. Son una veintena de fanáticos de procedencias muy variopintas que siguen los partidos desde un bar del paraíso de South Beach con un mojito en la mano.

Diego Pesqué fue el promotor de la primera. Oscense, afincado desde hace quince años en Londres, fue quien rompió el hielo con la Huesca Fans England. Diego es el encargado de la expansión internacional de la marca desde el Departamento de Comunicación y Márketing. «La exposición internacional es un escaparate para el club y para la provincia. Tenemos que conseguir que vengan por el fútbol, pero repitan por nuestro territorio», indica Diego Pesqué.