La Sociedad Deportiva Huesca ha finalizado este primer tramo de la temporada con una cosecha de cuatro puntos y una sensación de equipo serio y preparado para competir en Primera. La victoria en Eibar, la reacción hasta el empate en San Mamés y una primera mitad de mérito en el Nou Camp desvelan una serie de puntos básicos del debut del equipo en LaLiga.

1. UN ONCE INICIAL QUE SE RECITA DE MEMORIA

Werner, Miramón, Luisinho, Pulido, Etxeita, Melero, Musto, Gallar, Moi Gómez, Cucho Hernández y Longo. De carrerilla. El once de la Sociedad Deportiva Huesca no se ha movido en tres jornadas. El bloque elegido por Leo Franco se compensa con cinco jugadores que lograron el ascenso desde Segunda y seis nuevas incorporaciones. La apuesta por reducir las rotaciones y empezar con los futbolistas de confianza queda registrada en que toda la línea defensiva (Werner, Miramón, Luisinho, Pulido y Etxeita) y Melero no han sido sustituidos. Las aportaciones desde el banquillo no han sido copiosas. Sólo cuatro jugadores se han incorporado con el partido en juego, siendo Chimy el único en entrar en las tres jornadas: Ávila (51 minutos), el turco Gürler (54), Semedo (38) y David Ferreiro (30).

Por el contrario, hasta nueve miembros de la plantilla aún no han debutado. La entrada del fichaje en la portería, el serbio Aleksandar Jovanovic, ha abierto el debate sobre el cambio de piezas en una posición que hasta ahora ha sido propiedad del argentino Axel Werner. La falta de lesiones y de problemas físicos han contribuido a esta selección por parte de Leo Franco.

2. EL SISTEMA ESTÁ YA MUY DEFINIDO

El plan táctico de Leo Franco no ha sufrido grandes trastornos en los tres partidos iniciales. La figura compuesta por el 4-4-2 se ha desplegado con una mentalidad de espera hacia el rival con fases de mayor iniciativa. No obstante, la idea de juego se ha mantenido clara: buscar el error del contrario y salir rápido hacia el área rival utilizando el despliegue rápido y la velocidad de los puntas y extremos. Dos líneas muy juntas, la defensiva y la del centro del campo, y el apoyo tanto de Cucho como de Longo en la destrucción, sin una presión incipiente, pero sí marcando la salida del balón cediendo espacio. La filosofía salió perfecta en Eibar y en la primera parte del Nou Camp.

Tras recibir dos tantos en Bilbao, la SD Huesca tuvo que obtener más la posesión aunque siempre con tremenda verticalidad y agresividad. Entonces se vio un equipo más combinativo, como en el primer gol del Cucho en Barcelona (jugada de 19 pases) que será el método de juego en los partidos de El Alcoraz.

3. EL ARCO EN DFENSA Y LAS FLECHAS EN ATAQUE

Robar y volar. Estos dos verbos articulan el sistema ofensivo de la Sociedad Deportiva Huesca. La eficacia que ha mostrado el equipo altoaragonés es brutal para su adaptación a Primera. Es el cuarto equipo más goleador en las primeras tres jornadas con seis tantos, dos por partido. Seis goles de 20 disparos a puerta (30%), siendo el 16º conjunto en LaLiga en esta estadística.

Longo está ejerciendo de pivote, interceptando los envíos y jugando de espaldas para distribuir para que las flechas del equipo dibujen diagonales y desmarques con espacios. La movilidad de Cucho y Chimy Ávila y las llegadas de Moi Gómez, Gallar y en menor medida de Melero aportan un engranaje de peligro extremo donde la mitad de los goles (3) han llegado de lanzamientos lejanos. Esta verticalidad, desde la traslación del balón en jugadas individuales (como el primer gol de Gallar en Eibar) o articuladas en combinaciones de pases (el tanto de Ávila en San Mamés o los dos de Barcelona), se identifica en dos datos: la SD Huesca es el equipo que menos córners fuerza (6 en total) y el 16ª en completar pases (solo 920).

4. LA CAPACIDAD PARA ADMINISTRAR LA ILUSIÓN

Debutar en Primera, estar ante una temporada de talante histórico, podría haber supuesto el riesgo de caer emborrachado de la ilusión y perderse en la exigencia competitiva necesaria en una competición como la española. Desde el primer momento, pese a contar con la desventaja de arrancar con tres partidos a domicilio, los novatos del Huesca han paliado los riesgos de la adaptación a una nueva aventura en una categoría desconocida con voracidad y hambre.

La primera victoria en Eibar supuso una reducción de pulsaciones y una validación de la apuesta de Leo Franco, entrenador que reforzaba su figura pese a su inexperiencia. La apuesta por crear un grupo cerrado, ser una familia, dirigir el estrellato hacia el trabajo colectivo, ha provocado como resultado un reforzamiento de la idea de que la SD Huesca ha llegado a LaLiga para competir y ganar partidos desde el primer día y agrandar la ilusión cuando, la próxima semana, el viernes, se estrene ante su afición en El Alcoraz ante el Rayo Vallecano.

5. EL FACTOR SORPRESA COMO RECURSO

Hacer de una supuesta debilidad una auténtica ventaja. El desconocimiento de lo que podía hacer la plantilla de la SD Huesca, con un buen número de elementos sin rodaje en la máxima categoría, incluido su entrenador, ha sido una verdadera arma que resquebrajó al Eibar de inicio y al Athletic en Bilbao, al infravalorar la capacidad de reacción del Huesca.

El factor sorpresa de un grupo nuevo en la categoría, con la mitad de los jugadores debutando en Primera, ha sido un detonante que ha sabido explotar Leo Franco. Este calibre de pegada irá minimizándose con el paso de las jornadas, cuando los informes de los técnicos de los equipos que jueguen ante el conjunto altoaragonés vayan analizando sus puntos fuertes y flacos. Pero la cosecha de cuatro puntos y la sensación de ser un equipo preparado ya está en el casillero azulgrana.