El callejero de Madrid desperdiga curiosidades cercanas. Pequeños trocitos de Huesca andurrean por sus aceras. Sus pueblos e ilustres bautizan parques, rincones, avenidas y plazas. Ainsa, Boltaña, Barbastro o Jaca se extienden por vías de los populosos barrios de San Blas y Canillejas, a un paseo del Wanda Metropolitano y acostadas en el arcén de la carretera que marcha hacia Aragón. Más céntrica y señorial, en el multicultural Tetuán, desciende la calle dedicada a la capital oscense. A unos cercanos centenares de metros, aquí al lado en una urbe mastodóntica, se encajona ese Santiago Bernabéu en obras tan alejado de aquel colorido en azul y grana donde apenas hace un año y medio rebotó el Huesca, Huesca.

En Valdebebas apenas hay nada. Como en este 2020. Ni los apellidos de sus arterias suenan a familia. La extensión voraz de la capital ha erguido comunidades de reja alta y piscina interior, de frío confinamiento. Como cantaba Sabina, sus vecinos han perdido el mes de abril, el de mayo, el de junio..., todos, en la incertidumbre. Hasta los aplausos de las ocho. Nadie saldrá tampoco hoy a los balcones para corear al Huesca. Solo, en este Madrid perimetrado, recordará cuando Cucho le adelantó en el minuto 3, cuando Etxeita hizo creer en un empate imposible, cuando Benzema perforó la gloria con una rosca perfecta. Nada tendrá de esa fiesta de la primera visita al campo de los campos. Solo la esencia, el fútbol y la distancia del Madrid de siempre y el Huesca de ahora.

Sería injusto echar sobre este equipo las mismas urgencias que corrían detrás de aquel otro en ese 31 de marzo del 2018 sin mascarillas ni burbujas. Ese de Francisco se sabía descendido tras un demencial arranque. Este de Míchel busca precisamente ser esquivo a repetir un mal inicio que le lastre en los futuros meses del veredicto final. Asaltar el Alfredo di Stéfano sería una ventaja extra, perfecta, aunque se sabe que compleja.

Más porque el Huesca viene de sufrir su peor correctivo, de caer goleado ante la Real Sociedad (4-1). De perder su solvencia defensiva pensando en cómo solucionar su carestía de goles. De reducir sus buenas sensaciones de empate en empate. De visitar al primero pasa a desplazarse al fuedo del segundo, al campeón de Liga, mal asunto para buscar resultados, que no recuperarse, ante un calendario que luego se aplana: Eibar en El Alcoraz y Osasuna en Pamplona.

Míchel persevera para encontrar las claves que aumenten la solvencia del grupo. Su apuesta por ir de cara fue aplaudida en Valencia, Villarreal y contra el Atlético, pero insuficiente en el Reale Arena. Sonaba suicida entonces y suena ahora ante el todopoderoso Real Madrid. Pocos equipos en Europa se atreven a arrebatarle la pelota. Cobijarse y lanzarse hacia los espacios, engordando en físico el centro del campo, parece una estrategia más definida como óptima para aumentar el porcentaje de sus aspiraciones para rascar un punto o la ansiadísima victoria.

No tiene que rascar muy lejos Míchel para buscar indicios de éxito siendo menos atrevido. El Cádiz (0-1) y el Shaktar (2-3) esquilvaron el triunfo escondidos como un conejo para salir a dar un zapazo como un león.

SIN OKAZAKI, LÓPEZ Y RICO / Se da el increíble caso que el Madrid no perdía en casa con un recién ascendido desde hace diez años. Que repita se percibe raro. O quizá sea el momento. Se verá en horario asiático o de aperitivo. Míchel no podrá contar ni con Okazaki ni con Pedro López. Tampoco con Míkel Rico. Los dos primeros, pese a que el lateral ha ido entrando en el grupo, siguen con sus molestias musculares. El vasco, cuyos goles en llegada se echan de menos como el comer, está en barbecho tras dar positivo en coronavirus hace dos partidos y no haber podido salir de casa en cuarentena.

Zinedine Zidane se plantea rotaciones tras salvar los muebles en la Champions entre semana. En seis minutos pudo remontar lo que sonaba a su eliminación europea ante el deletreado Mochengladbach (2-2). Pese a ganar el Clásico, la semana ha venido convulsa por el debate alrededor del VAR y la bronca por chupón que le metió Benzema al bueno de Vinicius. El cúmulo de laterales lesionados (Odriozola, Nacho y Carvajal) plantea otro dilema a Zizou.

Cuatro jugadores del Huesca vuelven a su cole. Fugaz fue para Pulido, pero vital para Borja García, Seoane y Mosquera, con récord de presencias en el Castilla. Ninguno se asentó en el primer equipo, lo que hace de esta visita un buen momento para definirse como válidos ante sus recuerdos. Esos que se alejarán de la fiesta de esa primera visita al Bernabéu para callejear hasta el silencio apagado de Valdebebas.

ALINEACIONES

Real Madrid: Courtois, Lucas Vázquez, Ramos, Varane, Marcelo; Modric, Casemiro, Hazard, Rodrygo, Benzema y Vinicius.

SD Huesca: Andrés, Maffeo, Siovas, Pulido, Gastón Silva; Mosquera, Seoane, Doumbia; Ferreiro, Borja García y Rafa Mir

Hora: 14.00. Movistar LaLiga.

Estadio: Alfredo di Stéfano