En 22 partidos oficiales consecutivos de esta temporada, 20 de Liga y los dos de Copa, se había repetido una constante: el Huesca había encajado siempre, al menos, un gol. Así es todo más difícil para cualquiera, más aún para un equipo nuevo en Primera al que le estaba costando rentabilizar las numerosas ocasiones creadas en los partidos. Pero eso ha cambiado en las dos últimas jornadas, en las que por primera vez Roberto Santamaría no ha tenido que recoger ningún balón del fondo de la red. El equipo aragonés puntuó en San Sebastián (0-0) y se dio el alegrón del año ante el Valladolid (4-0).

El guardameta navarro se ha hecho con un puesto que ha visto pasar hasta a tres jugadores.

Empezó como titular Axel Werner, que llegó cedido por el Atlético de Madrid, pero sus actuaciones pronto dejaron dudas, encajó 16 goles en los seis primeros partidos (8 de ellos en el Camp Nou) y Francisco dio la alternativa a Jovanovic. Werner solo volvió a jugar en la eliminatoria de Copa ante el Athletic (8-0 global) y acaba de marcharse al Málaga en el mercado invernal.

Con Jovanovic tampoco mejoraron los números defensivos del Huesca y para la difícil salida a Mestalla Francisco optó por el teórico tercer portero de la plantilla, Roberto Santamaría. El navarro llegó al Huesca en el mercado invernal de hace un año. El guardameta fue el mejor del equipo en Valencia, aunque el Huesca cayó en el último instante. En la siguiente jornada, con él bajo palos, llegó la primera victoria en El Alcoraz, ante el Betis.

En Anoeta, al fin, el conjunto azulgrana logró uno de los objetivos largamente perseguidos este curso, dejar la portería a cero, algo que volvió a suceder ante el Valladolid. Las estadísticas oficiales dicen que ha hecho 19 paradas en cinco partidos. Jovanovic llevaba 21 en diez. «Quizá estos dos últimos partidos el equipo ha estado más junto. Muchas veces nos partíamos por el ansia de ganar y el otro día en San Sebastián vimos que nos dio un buen resultado, que el equipo estuvo juntito», explicó el navarro.